La Unión Europea destinará un total de 700 millones de euros a dos de sus vecinos del Magreb, Marruecos y Túnez, para hacer frente a epidemia de la COVID-19; 450 millones de euros irán al primero –en dos etapas; la más urgente alcanzará los 150 millones- y 250 millones de euros al segundo. A pesar de que la ministra de Exteriores española aseguraba el pasado 25 de marzo que las autoridades comunitarias preparan un paquete de ayuda para Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Líbano y Palestina, no hay en estos momentos ninguna cantidad concreta prevista para los vecinos argelinos.
Fue el viernes 27 de marzo cuando la UE anunciaba en una nota conjunta suscrita por las autoridades comunitarias y marroquíes ayuda contante y sonante dirigida a Marruecos: 450 millones de euros, que llegarán al país magrebí en dos etapas. 150 de esos millones engrosan ya el Fondo especial dedicado a la gestión de la pandemia, creado el pasado día 15 por el rey Mohamed VI (de hecho, la UE es el primer donante del mismo en estos momentos). Sobre el resto del dinero, el comisario europeo para Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, aseveraba que la “Comisión utilizará toda la flexibilidad posible para reorientar 300 millones de euros de los fondos destinados a Marruecos hacia la respuesta a la pandemia, acelerando su movilización para responder a las necesidades presupuestarias excepcionales del país”.

El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, no tardaba en reaccionar y afirmaba que su país “celebra la confianza de la Unión Europea y aprecia este gesto de solidaridad”, según recogía la web de la Cancillería marroquí. La UE es el primer socio comercial de Marruecos y para las autoridades comunitarias la estabilidad del país vecino es una prioridad.
Pero no fue la UE la primera en apoyar financieramente a Marruecos con vistas a la contención de la pandemia. En la víspera del anuncio europeo, el pasado 26 de marzo, era Estados Unidos el que anunciaba a través de su Embajada en Rabat una partida de 6,6 millones de dírhams (equivalentes a 660.000 euros), considerablemente más modesta que la de la UE. En un principio el dinero, proveniente de la agencia USAID, irá destinado a la preparación de los laboratorios marroquíes para la realización a gran escala de test de detección, poner en práctica un plan de emergencia para la sanidad pública, activar la detección de casos y vigilancia epidemiológica y formar a los equipos de intervención rápida, constata la web del semanario TelQuel citando al embajador estadounidense en Rabat David T. Fischer. “Con socios de larga data como Marruecos, estamos trabajando juntos para mejorar la capacidad global para contener las epidemias en su origen y minimizar su impacto. Estas inversiones y la asociación entre Estados Unidos y Marruecos son esenciales para prepararse rápida y efectivamente para las amenazas emergentes, incluidas la epidemia actual de la COVID-19”, afirmaba el diplomático.
Lo cierto es que el citado Fondo especial de solidaridad –al que han contribuido instituciones públicas y firmas privadas marroquíes de gran tamaño, pero también de mediano y pequeño- ha superado ampliamente los 30.000 millones de dírhams, el equivalente a 3.000 millones de euros.
Pero no solo la solidaridad se ha expresado desde el norte hacia el sur. El Consejo de la Unión Europea comunicó el pasado 27 de marzo que Rabat garantiza a la flota andaluza que podrá seguir faenando en aguas marroquíes durante el segundo trimestre del año, a pesar del estado de emergencia sanitaria en el país vecino, que en un principio se prolongará hasta el 20 de abril. Para ello, los buques españoles deberán llevar una copia de la documentación pertinente.

En cuanto a Túnez, la Unión Europea anunciaba el pasado 28 de marzo a través de la cuenta de Twitter del embajador comunitario en el país magrebí, Patrice Bergamini, una donación inmediata por valor de 250 millones de euros destinado a paliar las consecuencias económicas y sociales de la epidemia de la COVID-19. Además, Bergamini avanzaba que la UE triplica los fondos asignados al programa de asistencia técnica sanitaria Essaha Aziza, merced al cual se destinarán 60 millones de euros al conjunto de las gobernaciones tunecinas, se hacía eco la web Tunisie Numerique.
Asimismo, este lunes el Banco Europeo de la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) anunciaba el pasado 31 de marzo una aportación de 400 millones de euros destinada a las instituciones públicas –como la Sociedad Tunecina de Electricidad y Gas (STEG)- y a las pequeñas y medianas empresas tunecinas, recogía la web L’Économiste Maghrebin. La crisis financiera del pequeño Estado magrebí preocupa en la región, en Bruselas y en Washington.
Por otra parte, China también ha tenido un gesto solidario hacia Túnez. El pasado sábado llegaba al país magrebí una donación de material sanitario procedente del gigante asiático (varios miles de mascarillas, kits de pruebas de detección y uniformes de protección). Además del material que ha llegado ya al Estado magrebí, Pekín aportará una suma que aún se desconoce para la construcción de un nuevo hospital universitario en la ciudad de Sfax, se hacía eco el semanario Réalités.
Y de Túnez a Argelia, donde el vacío europeo respecto lo ocupa… China, que refuerza su presencia. El gigante asiático, socio tradicional del régimen argelino, anunció recientemente la construcción de un hospital en Argelia destinado a enfermos de coronavirus. El centro médico –por el momento se desconoce la ubicación y plazos de construcción- tendrá capacidad para atender a 9.000 personas. De acuerdo con datos de la agencia china Xinhua, de esas plazas, 4.000 estarán reservadas para trabajadores chinos en el país magrebí y las 5.000 restantes, para los locales.
Además, el viernes 27 de marzo llegaba a Argel un lote de material médico procedente del gigante asiático. Concretamente, “un equipo médico formado por siete miembros y un equipo de trabajo integrado por cinco” y material sanitario por valor de 3,23 millones de yuanes (unos 420.000 euros). En el lote se incluían 500.000 mascarillas quirúrgicas, 50.000 mascarillas N95 y 2.000 uniformes de protección médica, además de una decena de respiradores para cuidados intensivos y kits de detección, de acuerdo con la agencia estatal de noticias. Según datos del francés Le Nouvel Observateur, se trata de una donación del gigante chino de la construcción CSCEC en nombre de Pekín. Y la semana pasada la Embajada de China en Argel avisaba de que hay más ayuda de camino.
China ocupa el primer lugar entre los exportadores a Argelia con ventas valoradas en 517 millones de euros según datos de enero de 2020 –el equivalente al 18% de las importaciones argelinas-, recogía Le Nouvel Observateur los datos de la Dirección General de Aduanas.
La caída continuada de los precios del petróleo –alimentada por la caída de la demanda derivada de la crisis del coronavirus- ha forzado a las autoridades argelinas a pedir dos reuniones de urgencia a la OPEP –como ya había hecho Irak hace dos semanas- para que un panel evalúe la evolución de los mercados. La última tentativa se produjo este domingo, como reportaba el medio local El Watan. La petición del país magrebí -que ostenta la presidencia de turno de la organización- no está siendo, por el momento, atendida. Según un delegado de la organización citado por la agencia Bloomberg a finales de marzo en condición de anonimato, Arabia Saudí es uno de los países que se oponen a la propuesta argelina.
Entretanto, Arabia Saudí y Rusia parecen estar cerca de alcanzar un acuerdo para reducir la producción petrolera y hacer repuntar los precios. En un principio los países de la OPEP se reunirán por videoconferencia este jueves tras haberse pospuesto la prevista para el lunes.
Lo cierto es que las negociaciones mantenidas entre Moscú y Riad habían hecho repuntar el lunes los precios del crudo tras haber marcado mínimos de 18 años. Tras la caída del martes y, en espera de la cita del jueves, los precios del crudo han subido este miércoles. El crudo Brent aumentaba a primera hora del día un 2,3% hasta los 32,59 dólares por barril y el petróleo intermedio de Texas se incrementó un 5,5% hasta los 24,93 dólares por barril, según datos del digital The Star Online. Un auténtico tobogán que es reflejo de la incertidumbre.
Para las finanzas argelinas es fundamental una recuperación de los precios del petróleo: los hidrocarburos suponen entre el 90% y el 95% de sus exportaciones en valor y suponen el 60% del presupuesto estatal.

La situación de la pandemia en los citados países magrebíes es similar: el número de casos confirmados no ha alcanzado en ningún caso el millar y medio, aunque el alcance limitado de las pruebas de detección apunta a que las cifras reales se sitúan muy por encima de las oficiales.
En términos absolutos, Argelia es el país que, al cierre de este texto, contabiliza el mayor número de casos de la COVID-19: 1.666. Las autoridades locales reportan 235 personas fallecidas y 347 recuperadas. Le sigue Marruecos con un total de 1.374 contagios confirmados y 97 decesos. Las autoridades marroquíes registran 109 ciudadanos recuperados.
De los tres países, Túnez es el que registra un menor número de ciudadanos infectados por coronavirus, aunque es el que computa un porcentaje más elevado de casos en relación a la población total. En el pequeño país magrebí, que cuenta con 11,8 millones de habitantes, se reportan 643 infecciones, 25 fallecimientos y 25 casos de personas curadas.