UNICEF alerta de que ocho niños son asesinados, heridos o reclutados cada día en la guerra de Yemen

Henar Hernández

Pie de foto: Niños yemeníes desplazados, en un campamento establecido para personas que huyeron de las zonas de combate al este de la ciudad portuaria de Al Hudeida el 15 de septiembre de 2018. AFP/ SALEH AL-OBEIDI

La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), Henrietta Fore, ha comparecido ante el Consejo de Seguridad de la ONU para alertar de la situación dramática que viven los menores en Yemen, un país en guerra desde el año 2014 en el que se enfrentan por el control del poder los rebeldes hutíes y la coalición internacional liderada por Arabia Saudí.

Fore, en su discurso, ha puesto de manifiesto el drama que padece la infancia en el país asiático: 7.300 niños y niñas han sido asesinados o heridos de gravedad desde que comenzara el conflicto, aunque la directora de UNICEF advierte de que estos datos son los que han podido ser contrastados, por lo que se teme que la cifra real sea mucho mayor. Esto implica que ocho menores son asesinados, resultan heridos o son reclutados para las filas de las partes combatientes cada día. Cabe subrayar que Naciones Unidas ha documentado cerca de 3.000 niños y niñas soldado empleados tanto por la rebelión hutí como por la coalición de Arabia Saudí, lo que constituye una violación flagrante del derecho internacional humanitario, un delito que además podría ser tipificado como crimen de guerra de acuerdo con la Corte Penal Internacional.

Del mismo modo, un niño o una niña muere cada diez minutos por una causa prevenible, como la desnutrición severa, padecida por 360.000 menores en el país o por otras enfermedades como la difteria, el cólera o la diarrea acuosa aguda severa.

Pie de foto: Niños yemeníes, sostienen armas durante una reunión en Saná para mostrar su apoyo al movimiento huthi chiíta. AFP/ MOHAMMED HUWAIS

Los bombardeos aéreos destruyen infraestructuras críticas, necesarias para el desarrollo y la garantía de las necesidades básicas de la población, como hospitales y centros sanitarios, los sistemas de saneamiento del agua potable, o las escuelas y colegios. Así, el 50% de los centros médicos ha sido derribado por los bombardeos y una de cada cinco instalaciones educativas del país ha sido destruida o dañada como consecuencia de la guerra, lo que ha provocado que más de 2 millones de menores hayan dejado de recibir educación.

En este sentido, el director de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), Mark Lowcock, ha denunciado que el conflicto activo está paralizando y dificultando el desarrollo de las operaciones de ayuda, pues los trabajadores humanitarios deben atravesar carreteras secundarias y rutas alternativas, en muchos casos inseguras, porque las vías principales son escenario de guerra. Por estas razones, casi un millón de personas padecieron la falta de acceso a la asistencia humanitaria entre febrero y marzo de 2019.

La guerra civil abierta ha generado una situación de emergencia humanitaria extrema, considerada por la OCHA como la peor crisis humanitaria actual en el mundo. Los datos que arroja la ONU se orientan en esta línea: el 80% de la población, en torno a 24 millones de personas, se encuentran en necesidad de protección y asistencia humanitaria, de los cuales 14,3 millones requieren ayuda humanitaria urgente relativa a la inseguridad alimentaria, la falta de asistencia sanitaria y de agua potable, etc. Esta cifra supone un incremento del 27% con respecto al año pasado por la escalada de intensidad y violencia en el conflicto.

En esta línea, Fore concluyó su intervención con la siguiente frase: “Yemen es una prueba de nuestra humanidad y en estos momentos, estamos fallando gravemente”.

Pie de foto: Niños yemeníes esperan para llenar bidones con agua potable en la calle Salam, en el norte de Al Hudeida, Yemen, el 25 de marzo de 2019. REUTERS/ABDULJABBAR ZEYAD

Los bombardeos continúan

Este jueves, al menos seis civiles fueron asesinados y otras 32 personas resultaron heridas por un bombardeo lanzado por la coalición internacional liderada por Arabia Saudí sobre la capital Saná, según el Ministerio de Salud yemení. El ataque, que ha sido confirmado por Riad, se habría llevado a cabo en respuesta al bombardeo perpetrado este martes por los rebeldes hutíes contra infraestructuras petrolíferas en territorio saudí. Por su parte, Arabia Saudí alega que el bombardeo de este jueves se ha dirigido contra “objetivos legítimos”, entre los que se incluyen “bases militares y almacenes de munición y armas”, que estarían controlados por la rebelión hutí. No obstante, fuentes consultadas por la agencia EFE explican que el ataque “impactó directamente en una vivienda en el barrio de Al Raqqas”, provocando la muerte de población civil.

Este miércoles, el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, confirmó ante el Consejo de Seguridad de la ONU y tras la reunión mantenida con las partes del conflicto en Ammán, Jordania, que los rebeldes hutíes han emprendido “un redespliegue inicial de fuerzas desde los puertos de Al Hudeida, Saleef y Ras Issa bajo la supervisión de las Naciones Unidas”, en el marco del cumplimiento del acuerdo de Al Hudeida, alcanzado en Suecia el 13 de diciembre de 2018 entre el Gobierno de Yemen y el movimiento hutí.

Para ampliar: Los hutíes dejan Al Hudeida pero atacan instalaciones petrolíferas saudíes