Opinión

BRICS: cumbre de desdolarización

AFP/GIANLUIGI GUERCIA - La cumbre de los BRICS en Sudáfrica
photo_camera AFP/GIANLUIGI GUERCIA - La cumbre de los BRICS en Sudáfrica

Del 22 de agosto al 24 de agosto de 2023, Sudáfrica acogió la 15ª cumbre de los BRICS en un intento de definir el papel de los BRICS en el sistema económico mundial. En concreto, en la cumbre se debatieron numerosos documentos en presencia de más de 40 jefes de Estado y de Gobierno, además de los líderes de los países BRICS, que incluyen a Brasil, India, China y Sudáfrica, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia. Como es habitual, en esta 15ª cumbre de la historia del grupo también se abordó el sistema de gestión mundial y la necesidad de reformar el actual (en palabras de los participantes) sistema injusto y desigual, haciendo especial hincapié en la necesidad de grandes reformas estructurales del sistema financiero mundial, dominado por Estados Unidos desde el Acuerdo de Bretton Woods de julio de 1944 y el choque de Nixon, presente hasta la fecha.

La Cumbre de Johannesburgo no fue ordinaria ni mucho menos, ya que su orden del día incluía muchas cuestiones importantes a la luz de las tensiones mundiales derivadas del conflicto en Ucrania, la escalada de tensiones en el Sudeste Asiático y la posible guerra en la región africana del Sahel tras el golpe de Estado en Níger. El continente africano es actualmente un campo de batalla diplomático entre Occidente, China y Rusia, que luchan por aumentar su influencia en África en el contexto de la competencia por las materias primas y los recursos. 

El grupo BRICS surgió públicamente en 2006, mientras que su primera reunión tuvo lugar en 2009 en la ciudad rusa de Ekaterimburgo. En la actualidad, el grupo incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, mientras que el nombre BRICS consiste en las primeras letras de los nombres de los países miembros en inglés. Los BRICS representan actualmente el 23% del PIB mundial, el 42% de la población mundial (3.200 millones) y más del 16% del comercio mundial. Los últimos datos han mostrado por primera vez la superioridad del grupo BRICS sobre el grupo de países industrialmente más desarrollados del mundo, el llamado G7. En concreto, según los datos, el bloque BRICS representa actualmente el 31,5% del PIB mundial, superando al G7, que actualmente sólo representa el 30,7%.

Los Estados BRICS están situados en tres continentes con grandes diferencias en cuanto a historia, antropogeografía, cultura, patrimonio social y político y organización, así como políticas. El grupo ha unido la gigantesca economía de China con el país geográficamente extenso de Rusia, ambos potencias nucleares y militares y con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. India, cuya población ya supera a la de China, es también la quinta economía mundial y una potencia nuclear. Brasil ocupa el duodécimo lugar en la lista de mayores economías del mundo. Además, Brasil es el mayor Estado de Sudamérica, ya que representa la mitad de la población y de la superficie terrestre del continente. Aunque Sudáfrica no es la mayor economía de África, es un país muy desarrollado económicamente. Además, cuenta con una importante herencia política como país democrático que se desarrolló tras la lucha interna y mundial contra el antiguo régimen del apartheid. 

Aunque el grupo no es una organización multilateral formal (no tiene secretaría permanente), como la ONU, el Banco Mundial (BM) o la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), tiene un alto nivel de interacciones políticas (como las cumbres anuales y las reuniones de una serie de órganos de expertos). El BRICS se ha convertido en un foro para la resolución de problemas mundiales críticos, como el comercio, las finanzas, los cambios climáticos y la seguridad energética, así como la reducción del dominio de Occidente sobre las economías del tercer mundo a través del dólar estadounidense. 

En 2014, los países miembros crearon el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), con un capital inicial de 50.000 millones de dólares. El banco es una alternativa al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional para la financiación de proyectos de infraestructuras y desarrollo sostenible. 

Los países BRICS también han establecido el Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC), un mecanismo destinado a garantizar la liquidez de los Estados miembros cuando se enfrentan a crisis de balanza de pagos a corto plazo. Estas iniciativas demuestran la intención del grupo de establecer instituciones que representen los intereses de las economías emergentes y constituyan una alternativa a las instituciones financieras mundiales existentes, dominadas por Occidente. 

La ampliación del BRICS y los intentos de Rusia y China de establecer un dominio sobre el grupo

El discurso político predominante en las anteriores reuniones y cumbres del grupo se centraba en “reforzar la paz y la seguridad mundiales” y “romper la hegemonía occidental”, así como en la creación de un “mundo multipolar”, que se ha convertido en una frase vacía tras la intervención rusa en Ucrania.

Rusia y China contribuyeron activamente a la transformación del grupo en un nuevo bloque económico geopolítico. Rusia, cuyo presidente Vladimir Putin no pudo asistir a la cumbre debido a la orden de detención internacional dictada contra él por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya, necesita más que nunca socios y aliados para hacer frente a las sanciones económicas impuestas por Occidente. China, cuyo presidente Xi Jinping ha reforzado su control sobre el Estado de forma autocrática, es más eficaz a la hora de extender su poder militar y político por el mundo. 

En la cumbre de este año, 43 países han expresado su interés por formar parte del grupo BRICS, mientras que 23 Estados han solicitado su adhesión formal (Arabia Saudí, Egipto, Argelia, Argentina, Bahréin, Bangladesh, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Etiopía, Honduras, Indonesia, Irán, Kazajstán, Kuwait, Marruecos, Nigeria, Palestina, Senegal, Tailandia, Venezuela y Vietnam). Rusia se apresuró a apoyar la candidatura de tres de sus aliados: Bielorrusia, Irán y Venezuela, mientras que Brasil, según palabras de su presidente Lula da Silva, pidió centrarse en la unidad, en lugar de intentar oponerse a Estados Unidos, al grupo del G7 y al del G20. India también expresó su preocupación por el proceso de ampliación, considerándolo un método para amplificar la influencia de China, como Estado con la mayor economía del grupo. 

Los participantes en la cumbre de los BRICS no fueron capaces de llegar a un acuerdo sobre las solicitudes individuales de adhesión de cada uno de los Estados. Debido a la falta de consenso, sólo invitaron a seis Estados -Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí- a unirse al grupo. Su adhesión comenzará en enero de 2024. 

Los tres Estados árabes, concretamente Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, que se han convertido en miembros del grupo BRICS, tienen varias razones económicas y políticas para tal acto, que puede ir en detrimento de sus relaciones tradicionales con Estados Unidos. Uno, los dos primeros países son grandes productores de petróleo y se beneficiarían de unas relaciones económicas más estrechas con China e India, que son los principales importadores de petróleo. Dos, ambos países aspiran a diversificar sus economías al margen del petróleo, por lo que ven en la pertenencia al grupo BRICS una forma de acceder a nuevos mercados y oportunidades de inversión. Desde el punto de vista político, Arabia Saudí y los EAU desean equilibrar el poder de Estados Unidos en Oriente Medio mediante su pertenencia a los BRICS. 

El presidente chino, Xi Jinping, describió la ampliación del grupo como “un periodo de turbulencias y transformaciones” en el mundo.

Las respuestas de Estados Unidos fueron muy suaves y no transmitieron mensajes políticos serios. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, afirmó que Estados Unidos “no considera que los BRICS se estén convirtiendo en una especie de rival geopolítico de Estados Unidos”. Sullivan subrayó que Estados Unidos seguirá trabajando en “las sólidas relaciones positivas que tenemos con Brasil, India y Sudáfrica” y añadió que “seguiremos gestionando nuestra relación con China y seguiremos haciendo frente a la agresión de Rusia”. 

República de Turquía

Los analistas se preguntaron durante la cumbre cuál es la posición actual de la República de Turquía ante estos acontecimientos. ¿Desea realmente unirse al grupo BRICS? ¿Estaría tal cosa en consonancia con su política exterior, habitualmente pragmática?

A saber, Turquía es el único país que ha expresado su aspiración de unirse a este grupo, pero aún no ha presentado una solicitud oficial. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, asistió a la cumbre de los BRICS celebrada en Johannesburgo en 2018.

No cabe duda de que la política turca no es la que era antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias de mayo de 2023. Turquía ha definido claramente su posición cuando el presidente Erdogan dijo que “girar hacia Oriente u Occidente no está en línea con nuestro principio, ya que Turquía está cerca de Occidente al igual que lo está de Oriente”. Con tal declaración desmintió a todos los analistas que creían que Turquía se había vuelto hacia Oriente. En la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna en julio de 2023, Turquía incluso condicionó la adhesión de Suecia a la Alianza a su pertenencia a la Unión Europea.  Es decir, Turquía ha estado en la “sala de espera” de la UE desde 1959. 

No cabe duda de que a los países BRICS les gustaría que Turquía se uniera a ellos, debido a su posición geográfica y a su peso político en la escena internacional. Sin embargo, el grupo tiene algunas reservas al respecto debido a las dificultades que afectan a la economía turca, como la inflación, el alto coste de la vida y el desempleo. Es decir, esto podría disminuir el entusiasmo dentro del grupo, que busca economías en alza. 

La adhesión de Turquía al grupo BRICS supondría una pérdida para la economía turca, ya que actualmente los principales socios económicos de Turquía son la UE, Estados Unidos y Gran Bretaña. En 2022, el 26% de las importaciones de Turquía procedían de la UE, mientras que el 41% de las exportaciones de bienes del país se dirigían a la UE. El intercambio comercial global entre la UE y Turquía en 2022 ascendió a 198.100 millones de euros (el 3,6% del comercio global de la UE con el mundo). La relación de intercambio comercial entre Turquía y China es favorable a China. En concreto, en 2022 las importaciones de China ascendieron a 41.350 millones de dólares, mientras que las exportaciones de Turquía a China ascendieron a 3.280 millones de dólares (según la base de datos COMTRADE de la ONU sobre comercio internacional). 

Crecimiento económico de los países BRICS

Los últimos datos revelan la superioridad del grupo BRICS sobre el grupo de los siete países industriales más importantes del mundo, el G7, que incluye a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. El grupo BRICS posee el 50% de las reservas de oro y divisas del mundo. A finales de 2021, la exportación de bienes del grupo ascendía a 4,6 billones de dólares, lo que equivale al 20,7% de la exportación global de bienes, mientras que la importación de bienes para el mismo año ascendía a 3,9 billones de dólares, lo que supone el 17% de la importación global de bienes. La exportación de bienes del G7 fue de 6,3 billones de dólares, es decir, el 28,1% de la exportación global de bienes en el mundo, mientras que la importación de bienes fue de 7,6 billones de dólares, es decir, el 33,5% de la importación global de bienes en el mundo. 

Se espera que en 2040 el grupo BRICS represente más del 50% del PIB mundial, ya que la ampliación en el marco del BRICS Plus mediante la integración de una serie de grandes países facilitará la consecución del nivel del 50% de la producción mundial de bienes y servicios. 

Cumbre sobre el futuro del dólar estadounidense 

El grupo BRICS se esfuerza por crear un nuevo orden (monetario) mundial, basado en las monedas locales y alejado de las transacciones en dólares estadounidenses. Concretamente, existe una tendencia actual de los miembros del grupo BRICS en cuanto a la adopción de algunas decisiones destinadas a reducir la cuota del dólar en las transacciones mundiales y a infligir un grave daño a la moneda más poderosa del mundo. Esta tendencia fue instigada por las decisiones de los bancos centrales de los BRICS - Rusia, India y China - en el sistema monetario multilateral y los pagos en monedas locales. 

En marzo de 2022, expertos del Fondo Monetario Internacional advirtieron de que las fuertes sanciones financieras impuestas a Rusia podrían amenazar con debilitar gradualmente el dominio del dólar estadounidense, conducir a un sistema monetario internacional más multilateral y fomentar la aparición de pequeños bloques monetarios basados en el comercio entre un determinado grupo de países.

A pesar de que se habla constantemente de “desdolarización” y de la disminución relativa de su cuota, casi el 60% de las reservas mundiales de divisas están en dólares estadounidenses, y el 88% de las transacciones internacionales se realizaron en dólares a finales de 2022, según los datos del FMI. 

El dominio del dólar estadounidense en el sistema financiero mundial es un reto importante para el grupo BRICS, a la hora de introducir su propia moneda, ya que el dólar sigue siendo la principal moneda en el comercio mundial y la moneda líder en las instituciones financieras mundiales. El dólar estadounidense es también la moneda dominante en el contexto de los mercados bursátiles mundiales, los mercados de bienes, los depósitos bancarios, la financiación de proyectos de desarrollo y los préstamos. 

China e India se esforzaron por fomentar su comercio con Rusia, que está sometida a sanciones, utilizando tres monedas locales: el juan, la rupia y el rublo. De este modo, consiguieron reducir simbólicamente hasta cierto punto la dependencia de los dólares estadounidenses en los intercambios internacionales, al menos entre sus países miembros, sobre todo teniendo en cuenta que, salvo Rusia, los países BRICS siguen manteniendo estrechas relaciones económicas con los países occidentales. Por lo tanto, será difícil abandonar el uso del dólar y depender únicamente de las monedas locales de los países BRICS. Hay pocas probabilidades de que otros países que podrían unirse a la organización tengan la capacidad de abandonar el dólar estadounidense y sustituirlo por otras monedas. 

Aunque China es el mayor exportador y tiene un enorme superávit comercial con el mundo, no puede competir con el dólar porque no está disponible en los mercados mundiales. A pesar del poder de China en el comercio mundial, según datos de SWIFT, el Juan representa menos del 2,5% de las transacciones mundiales. Se trata de una cuota muy pequeña en comparación con la del dólar, que se sitúa en el 40%, y la del euro, que alcanza el 36%.

El otro obstáculo para el plan de creación de alguna “moneda BRICS” común es la necesidad de conectar todas las economías de los países miembros con una nueva moneda única y una política monetaria común, porque tiene que haber una economía o el sistema básico que refleje los tipos de interés y la liquidez. En este periodo eso es imposible debido a la oposición de India y Brasil. 

Desde el punto de vista histórico, cuando un grupo de países quiere establecer un bloque monetario, se conecta con el país económicamente más fuerte y con una tasa de inflación baja, que en este caso concreto sería China. Lo mismo ocurrió cuando se creó el Banco Central Europeo (BCE) en 1998 y se introdujo la moneda euro en 1999, siguiendo el modelo del Bundesbank, donde Alemania era el centro del poder en Europa. Esto significó que 20 miembros de la Eurozona, que utilizan el Euro como moneda. Esto significaba que 20 miembros de la Eurozona, que utilizan el Euro, tenían que cumplir con la política del Banco Central Europeo. 

Esto creó serios problemas entre Alemania y varios países de la Eurozona, debido al “ablandamiento” de la política monetaria del Banco Central Europeo para apoyar a los países miembros más débiles a cuenta de las economías más ricas, o cuando Grecia necesitaba una ayuda importante en el periodo 2010-2012. 

Sin Estados Unidos y las instituciones internacionales dependientes de Washington, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), la eurozona no podría salvar a Grecia de la quiebra.

Además, dentro del grupo BRICS hay un desequilibrio entre Rusia, agotada por la guerra de Ucrania y bajo la presión de las sanciones, y China, que tiene un enorme poder económico. También hay dudas sobre la cohesión y la armonía dentro del grupo, en particular entre India y China, que son dos rivales históricos. Por ejemplo, India es uno de los miembros de los BRICS que mantiene relaciones más estrechas con Estados Unidos, ya que estratégicamente es antagónico con China y económicamente compite con ella. India también está en constante confrontación con la expansión china en el Sudeste Asiático y la zona del Pacífico. Es importante subrayar que la Nueva Delhi oficial se opone a la ampliación del grupo BRICS, a diferencia de Pekín, que quiere mejorar sus “rutas de la seda”. 

Retos y oportunidades

El grupo BRICS se enfrenta a numerosos retos. Tiene un derecho de voto limitado en algunas instituciones financieras internacionales. También se enfrenta a circunstancias geopolíticas y económicas inestables en el mundo. Sin embargo, existen numerosas oportunidades que permiten al BRICS contribuir a los cambios del sistema mundial, como ofrecer un modelo económico que motive a otros países a unirse a él. Asimismo, el establecimiento de una moneda única o el uso de monedas locales en el intercambio comercial entre los países BRICS es una forma eficaz de oponerse al monopolio del dólar estadounidense y hacer frente a sus consecuencias y limitaciones. 

En este contexto, el informe publicado por la UnHerd británica expresa la preocupación de Occidente de que “lo que podemos estar viendo emerger, sin embargo, es un bloque comercial y económico en gran medida tecnocrático modelado según el sistema de Bretton Woods posterior a 1945 que señalaría el comienzo de una nueva época”. 

Siendo más realistas, aunque el bloque BRICS puede tener una influencia significativa, no será suficiente para revolucionar las relaciones internacionales existentes. Es bastante improbable que los BRICS hagan tambalear la tendencia a la globalización o el control de Estados Unidos en el actual equilibrio de poder. No obstante, hay que admitir que el bloque BRICS es un primer intento serio en esa dirección. 

IFIMES - El Instituto Internacional de Estudios sobre Oriente Medio y los Balcanes (IFIMES) de Liubliana, Eslovenia, tiene estatus consultivo especial ante el Consejo Económico y Social (ECOSOC)/ONU desde 2018. También es el editor de la revista científica internacional European Perspectives.