Jorge Dezcallar: “Erdogan quiere pasar a la historia como un nuevo Ataturk”

“La deriva autoritaria del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, va acompañada de un proceso de islamismo y nacionalización”. Con estas palabras, Jorge Dezcallar, diplomático y exdirector del Centro Nacional de Inteligencia, se ha referido este lunes en ‘Atalayar, las claves del mundo en tus manos’ a la decisión del mandatario turco de convertir en mezquita una de las “iglesias más antiguas y bellas del mundo”.
Dezcallar ha explicado durante este programa de radio que, en el pasado, la disputa por el control de este lugar sagrado fue una pelea “tanto teológica como política”, y ha incidido en que iglesia tiene un gran valor simbólico y sentimental para gran parte de la Cristiandad, ya que entre sus paredes está escondida algunos de los episodios más relevantes de la historia de la religión cristiana. Para el exdirector del CNI, la disputa entre el Primado de Constantinopla y el Papa fue más política que religiosa, puesto que Constantinopla “no quería depender del clero de Roma después de que esté hubiera perdido el imperio”.
La decisión de Erdogan de reconvertir el antiguo templo bizantino, utilizado como mezquita durante el gobierno otomano y transformada en museo tras Kemal Ataturk, de nuevo en mezquita es para Dezcallar “un ejemplo del proceso nacionalista e islamizante que ha emprendido el mandatario turco desde 2016”. Sin embargo, Erdogan llegó al poder en 2002 y por aquel entonces se apoyó principalmente en el clérigo Fethullah Gülen. El movimiento dirigido por este clérigo comenzó a extenderse en la década de los ochenta, hasta tal punto que el partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) vio en este movimiento una oportunidad de tener un aliado para reducir la influencia de los militares en el país.
Sin embargo, esta amistad entre Erdogan y Gülen comenzó a convertirse en lo contrario, una vez que el actual mandatario turco se dio cuenta de que los gülenistas tenían cada vez más poder en las principales instituciones del Estado. En 2013, el presidente turco acusó a su antiguo aliado de organizar una “cacería de brujas” contra miembros de su Gobierno. Desde entonces ha culpado a este movimiento de estar detrás de hechos como el golpe de Estado que tuvo lugar en 2016 o de conspirar para derrocarlo del poder. “Desde entonces se ha producido una represión brutal”, ha señalado Dezcallar. “Hay que comprender que lo que ha ocurrido se ha producido en un contexto de autoritarismo creciente”, ha subrayado.
“Erdogan quiere pasar a la historia como un nuevo Ataturk”, ha manifestado el diplomático invitado al último programa de la primera temporada de Atalayar Radio. Mustafá Kemal Ataturk fue el encargado de liderar el movimiento de liberación que culminó con el nacimiento de un estado liberal moderno. “Una de las señas de identidad de Turquía por aquel entonces era su proceso de modernización”, ha destacado Dezcallar quien indicó que esta modernización se traducía en separar la Iglesia del Estado. “Fue en este momento cuando Haghia Sofia se convirtió en museo”, ha aclarado.
Durante su intervención, Dezcallar ha reflexionado sobre la influencia del cristianismo en la nación euroasiática, alegando que este nuevo movimiento de Erdogan podría ser una forma de expulsar al cristianismo de Turquía. “Esta estrategia se está repitiendo en todo Oriente Medio. Si vemos las cifras en los años 50 del siglo pasado, en Irak, Siria, Irán había comunidades muy potentes de los distintos grupos en los que se fraccionó el cristianismo y estos grupos están desapareciendo”.
La crisis económica en la que está sumido el país a raíz de la crisis del coronavirus ha llevado a Erdogan a utilizar “una política muy controvertida”. “El turismo está muy afectado, ya que la gestión de la pandemia no ha sido buena. Además, hay que tener en cuenta que ha perdido Estambul en las últimas elecciones”, ha recordado. “Con la reconversión de Santa Sofía, Erdogan ha intentado movilizar a una base islamizante que es real y que es muy fuerte en Turquía”. “La otra parte es resultado de la actitud nacionalista, que es el otro componente de la ideología de Erdogan. Este elemento le está llevando a convertirse en el protector de la Hermandad Musulmana en Egipto, Libia o Palestina”, ha explicado. “Erdogan utiliza una política exterior muy agresiva que hace que esté pelando por encima de sus posibilidades, pero con resultados muy eficaces”, ha incidido. “Una política que no se sabe cuánto puede durar”, concluía.