Los de Regragui no pasaron del 0-0 ante Perú en un partido marcado por el buen ambiente en la grada

El buen fútbol de Marruecos se queda sin premio en la fiesta del Metropolitano

photo_camera AFP/STEPHANE DE SAKUTIN - Aficionados marroquíes

Marruecos y Perú decidieron que Madrid era un lugar geográficamente perfecto para jugar un partido y dar espectáculo a sus aficiones emigrantes en otros países. Eligieron el estadio del Atlético de Madrid para disputar un partido ante más de 34.000 aficionados, eso sí, con algo más de peruanos que de marroquíes en las gradas. 

A media tarde ya se podía vivir el ambiente en los alrededores del Metropolitano, en la zona de San Blas de Madrid. También en Coslada, un municipio cercano donde las camisetas rojas de Marruecos se preparaban en los supermercados para ver juntos el partido en casa o acudir en Metro al amistoso. 

Atrás quedaron los problemas del día anterior tanto en el hotel de Perú, con tensión entre los futbolistas y la Policía que aseguraba el perímetro del hotel y en el de Marruecos por un comentario de un intolerante trabajador del hotel que se solucionó gracias a la intermediación de Walid Regragui. 

La previa del partido estuvo marcada por la visita de la plantilla de Marruecos al Metropolitano para rendir homenaje a Larbi Ben Barek, el delantero franco-marroquí que disputó 123 encuentros oficiales con la camiseta del Atlético de Madrid y que conquistó dos Ligas entre 1948 y 1953. 

Enrique Cerezo regaló a Fouzi Lekjaa, presidente de la Real Federación de Fútbol de Marruecos, una camiseta con el nombre de Ben Barek en recuerdo al histórico jugador que formó la “delantera de cristal” junto a Juncosa, Pérez-Payá, Carlsson y Escudero.

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Minutos antes del encuentro se pudo ver en los marcadores del estadio una foto del Ben Barek y el agradecimiento de Marruecos por su dedicación a hacer más grande el país. 

Regragui fue recibido con aplausos en el Metropolitano. Es el gran valedor de esta selección que llegaba a Madrid tras ganar a Brasil y, sobre todo, después de hacer historia en el Mundial de Qatar. 

El once inicial contó con casi todos los grandes jugadores marroquíes a excepción de Achraf y Boufal. El primero no contó con minutos mientras que el segundo sí que tuvo media hora en el césped. 

El colegiado español Martínez Munuera fue el encargado de arbitrar un partido intenso que, pese al carácter de amistoso, acabó con Boufal y Zambrano expulsados por una pelea entre ambos. 

Bono, Mazraoui, Abde, En-Nesyri y Ziyech hicieron las delicias de los aficionados marroquíes que se citaron en el Metropolitano. Sus ganas de animar al equipo los llevó a encender unas bengalas en uno de los fondos y la seguridad del estadio tuvo que intervenir para apagarlas y que el partido pudiese continuar sin riesgo. 

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También jugó Amrabat, el delantero de la Fiorentina del que muchos esperan que acabe en el Atlético de Madrid y que tuvo ocasión de visitar el feudo rojiblanco. 

Los leones del Atlas tuvieron más ocasiones en la primera mitad gracias a la buena sociedad que han hecho en el lateral derecho Aboukhlal y Ziyech, pero faltó precisión en los metros finales. 

El buen partido de ambos equipos se saldó sin goles, algo que lamentó Regragui en rueda de prensa, “fallamos muchas oportunidades, pero estoy contento con el desempeño de los jugadores sin olvidar a la afición”. 

La vuelta de Marruecos al fútbol tras su histórico Mundial no ha defraudado. Una victoria ante Brasil y un empate ante Perú. Tras el partido, Fouzi Lekjaa bajó al césped para acompañar a sus jugadores y lo hizo tocado con un sombrero decorado con la bandera de Marruecos como guiño a la afición que se desplazó hasta el estadio.

La selección nacional marroquí no volverá a concentrarse hasta el mes de junio cuando dispute ante Sudáfrica un partido oficial de clasificación para la Copa de África de Naciones.