¿Puede la economía informal reforzar la resiliencia económica en los mercados emergentes?
Visto durante mucho tiempo como una barrera para el desarrollo del mercado y la sostenibilidad fiscal, una economía informal dinámica se reconoce cada vez más como una fuente importante de resiliencia y un objetivo para los servicios de tecnología financiera (fintech).
La economía informal representa aproximadamente un tercio de la actividad económica en los mercados emergentes, en comparación con el 15% en los mercados más maduros, lo que subraya su enorme impacto.
También conocido como la economía “en la sombra” o “gris”, el sector informal comprende actividades legales que contribuyen a la economía pero que no están sujetas a impuestos ni están reguladas por el gobierno ni están cubiertas por acuerdos formales.
Según la Organización Internacional del Trabajo, al menos 2.000 millones de trabajadores mayores de 15 años, o alrededor del 60% de la fuerza laboral mundial, pasan al menos algún tiempo en el sector informal.
Si bien un gran sector informal puede restringir el crecimiento, limitar los ingresos fiscales del gobierno y debilitar el sector financiero, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) informales contribuyen a la economía formal de diversas maneras, ya sea a través de impuestos al valor agregado sobre compras o los costos incidentales de operar un negocio.
De hecho, la transferencia generalizada de fondos del sector informal al formal sugiere que los mercados emergentes pueden ser más resistentes a los shocks de lo que sugieren las métricas oficiales.
No obstante, el acceso al crédito sigue siendo un obstáculo para el crecimiento y la formalización de muchas pequeñas empresas.
Aproximadamente el 40% de las mipyme de todo el mundo, o unos 65 millones de empresas, se enfrentan a un déficit crediticio anual acumulado de 5,2 billones de dólares, según la Corporación Financiera Internacional, lo que subraya una gran oportunidad para los microcréditos en los mercados emergentes.
Mientras que a los trabajadores informales se les suele pagar menos que a sus pares empleados formalmente, el sector informal en los mercados emergentes tiende a ser más dinámico y competitivo, fomentando el desarrollo de los recursos humanos cuando las oportunidades más tradicionales están ausentes o son inaccesibles.
De manera similar, las mipyme que constituyen la mayor parte de la economía informal representan una forma de empleo altamente flexible capaz de proporcionar puestos de trabajo a grandes porciones de la población de un país, incluso cuando las cifras oficiales de desempleo siguen siendo altas. Esto puede haber contribuido a la recuperación relativamente rápida posterior a la pandemia de COVID-19 de países como Pakistán, donde el sector informal representa el 70% del empleo total.
La adopción de nuevas tecnologías puede ayudar a fomentar la formalización a través de una mayor inclusión financiera. Fintech, incluidas las tecnologías basadas en blockchain, ha ayudado a mejorar el acceso a la financiación en los mercados emergentes.
Como ha señalado OBG, el fuerte aumento de las remesas observado durante la pandemia da fe de la gran escala de las remesas informales realizadas a nivel mundial, a menudo en efectivo y fuera de los canales bancarios tradicionales o digitales.
Las remesas a África aumentaron en 80.000 millones de dólares en 2020, con plataformas intermediarias como Pangea de África Oriental apoyando el flujo de estos fondos hacia la actividad empresarial local.
Una iniciativa fintech que ha tenido una sólida adopción en los mercados emergentes es el dinero móvil.
M-Pesa, un servicio de transferencia de dinero que permite a los usuarios realizar pagos y almacenar y recibir fondos a través de sus teléfonos móviles, es un ejemplo notable. Lanzado en 2007 por Vodafone y Safaricon, el operador móvil más grande de Kenia, el servicio es utilizado por 51 millones de personas en siete países africanos y está previsto que se expanda a Etiopía tras la aprobación de la licencia en octubre de 2022.
Las monedas digitales son otra ruta que los gobiernos están utilizando para aumentar la inclusión financiera. Alrededor del 90% de los bancos centrales del mundo están listos para implementar monedas digitales, especialmente porque muchos consumidores en los mercados emergentes cambian a monedas virtuales para protegerse contra la inflación.
En 2021, Nigeria lanzó eNaira, la primera moneda digital de África. Sin embargo, la aceptación sigue siendo baja: aproximadamente una de cada 200 personas usó la moneda a partir de octubre de este año, un desempeño atribuido a la vacilación relacionada con la depreciación de la naira y la confusión después de la represión del Gobierno contra las criptomonedas.
Los consumidores de los mercados emergentes generalmente muestran más apoyo a las monedas digitales que los de los mercados maduros, con un informe reciente de Morning Consult que señala que el 36% de los encuestados en India apoya firmemente la adopción de una moneda digital del banco central, en comparación con el 3% en Japón.
Los pagos digitales ya están muy extendidos en India, que ha visto crecer su volumen de pagos digitales en un promedio del 50% en cada uno de los últimos cinco años, gracias en gran parte a su sistema habilitado para dispositivos móviles, la Interfaz de Pagos Unificados (UPI).
En marzo, el Banco de la Reserva de la India anunció una UPI para teléfonos básicos, una expansión que podría brindar servicios financieros a 400 millones de usuarios potenciales en áreas rurales donde los niveles de informalidad son altos.
El modelo “compre ahora, pague después” también sirve para impulsar la inclusión financiera, ayudando a las mipyme a asegurar los fondos necesarios para la formalización a través de préstamos entre pares sin intereses.
