Rabat mantiene una asociación estratégica con Rusia con el fin de hacer frente a la sequía

El uranio de Marruecos podría solucionar la crisis del agua

El reciente acuerdo firmado entre Marruecos y la Corporación Estatal de Energía Nuclear de Rusia (ROSATOM) durante la segunda cumbre Rusia-África celebrada en San Petersburgo a finales del pasado mes de julio ha puesto de manifiesto el gran potencial del Reino en el mercado mundial de uranio.

Desde hace tiempo Moscú ha mirado con interés las reservas de Marruecos, y es que el país norteafricano posee aproximadamente el 73% de las reservas de roca de fosfato del mundo, que contienen a su vez aproximadamente 6,9 millones de toneladas de uranio, el mayor suministro disponible en cualquier país. Así lo señala el experto Michael Tanchum en su último análisis en Middle East Institute. Según estimaciones geológicas, la roca de fosfato de Marruecos triplica el contenido de uranio de las reservas de otros países exportadores como Australia.

El grupo estatal marroquí OCP (Office Chérifien des Phosphates), especializado en minería de fosfatos y la fabricación de fertilizantes, lleva desde la década de1980 fabricando ácido fosfórico, un producto intermedio en la fabricación de fertilizantes fosfatados del que se puede recuperar uranio. Tal y como indica Tanchum, tan solo en 2020, OCP produjo 40,7 millones de toneladas de fosfato y 7,1 millones de toneladas de ácido fosfórico.

Teniendo en cuenta el potencial de Marruecos en este ámbito, Rabat está considerando la cooperación con Rosatom concretamente en el ámbito de la desalinización de agua de mar, tal y como apunta Tanchum. Este proceso conlleva un alto consumo energético, lo que impide su uso generalizado en Oriente Medio y el norte de África, regiones que enfrentan desafíos como escasez de agua o sequía. No obstante, la desalinización puede llegar a ser un proceso asequible si se utiliza energía nuclear. En este punto, tiene un papel clave el uranio marroquí, elemento que podría convertirse en la solución para suministrar agua a la agricultura y al consumo humano.

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Con este objetivo, el pasado 27 de julio y en el marco de la cumbre Rusia-África, la empresa marroquí Water and Energy Solutions firmó un memorando de entendimiento (MoU) con Rusatom Smart Utilities, una subsidiaria de Rosatom. Este acuerdo tiene como fin explorar el desarrollo de plantas desaladoras de agua en Marruecos utilizando la tecnología de Rosatom para proporcionar agua para la agricultura, la industria y el consumo humano.

Esto será especialmente útil para Rabat, ya que desde hace meses las autoridades han desarrollado medidas para hacer frente a la fuerte sequía que afecta al territorio nacional. “Rusia podría proporcionar soluciones de desalinización con energía nuclear a países con escasez de agua en la región MENA y áreas adyacentes del África subsahariana”, señala Tanchum.

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A pesar de las actuales tensiones entre Rusia y Occidente debido a la invasión de Ucrania, Tanchum recuerda que Rusatom Smart Utilities no esta sujeta a sanciones estadounidenses o europeas, por lo que nada obstaculizará esta colaboración. Este MoU sigue la estela de un un memorando de cooperación firmado en 2017 por el Ministerio de Energía de Marruecos con Rosatom.

Igualmente, a finales del año pasado, el Gobierno de Rusia aprobó un tratado de asociación con Marruecos en el campo de la energía atómica con fines pacíficos. A través de este acuerdo, Moscú acordó ayudar a la nación norteafricana a crear y mejorar las infraestructuras de energía nuclear, así como plantas desaladoras de agua y aceleradores de partículas elementales.

La estratégica asociación entre Marruecos y Rusia en este ámbito se reforzó durante la primera Cumbre Rusia-África, celebrada en Sochi en 2019. En esa ocasión, MYA Energy de Marruecos llegó a un acuerdo de 2.300 millones de dólares con la corporación estatal rusa de desarrollo VEB para construir un complejo petroquímico y una refinería de petróleo en el norte de Marruecos.

Rusia mantiene asociaciones similares con otros países con los mismos problemas, como Turquía o Egipto. Sin embargo, la crisis del agua en Marruecos es especialmente grave, ya que el país podría situarse en "escasez extrema de agua" en 2050 a no ser que se tomen medidas inmediatas, algo en lo que trabaja el Gobierno siguiendo las directrices del rey Mohamed VI.