Antonov, la joya de la corona de Ucrania que Zelenski resguarda en Alemania

A la espera de los designios del presidente Donald Trump, dos protagonistas pasean la bandera de Ucrania por todo el mundo. Uno es el presidente Volodimir Zelenski, que viaja por las naciones más influyentes del mundo para reunirse con sus mandatarios y clamar por recibir ayuda militar para defenderse de la agresión de Rusia.
La otra figura es mucho menos conocida, a pesar de que también recorre el planeta bajo la bandera del país centroeuropeo y es la joya de la corona del gobierno de Kiev. Es el cuatrirreactor Antonov An-124 Ruslan, un enorme avión dedicado al transporte comercial de cargas de gran tamaño y súper pesadas, que lo mismo traslada una locomotora de más de 100 toneladas desde Canadá a Irlanda, una turbina eléctrica de 88 toneladas de Járkov a Tashkent, la capital de Uzbekistán, que mini submarinos, yates, helicópteros o contenedores con grandes satélites en su interior.

El vuelo más reciente del An-124 del que existe constancia ha sido transportar el satélite espía francés CSO-3, que el 15 de enero partió desde el aeropuerto francés de Toulouse-Blagnac y en pocas horas aterrizó en el de Cayenne-Félix-Éboué de la capital de la Guayana francesa, al otro lado del Atlántico, a 6.800 kilómetros de distancia.
El enorme y fiable avión ucraniano ha cumplido la misión de llevar el tercer nuevo ingenio de reconocimiento militar de las Fuerzas Armadas galas hasta la base espacial de Kourou. Desde allí debe ser puesto en órbita en la segunda misión del cohete europeo Ariane 6, cuyo despegue está programado a partir del 25 de febrero, fecha que todavía no ha sido confirmada de manera oficial.
Se da la circunstancia de que un gigante de los cielos del mismo modelo y nacionalidad fue el que el 9 de enero llevó desde el mismo aeropuerto francés hasta el aeródromo militar de la base espacial de Cabo Kennedy, en Florida (Estados Unidos), al gran satélite español de comunicaciones seguras Spainsat NG-1, propiedad de la sociedad Hisdesat, cuyo lanzamiento está previsto para la madrugada del 29 al 30 de enero.
Avión de transporte estratégico muy solicitado
Desde hace varias décadas, las altas prestaciones en cuanto a volumen, capacidad de carga y alcance que ofrecen los Antonov An-124 han sido los preferidos por las agencias espaciales ‒entre ellas, la Agencia Espacial Europea, ESA‒, los fabricantes y los operadores de comunicaciones vía satélite para trasladar sus preciados ingenios. También por las industrias energéticas, de transporte ferroviario y marítimo, extractoras de gas y petróleo, cuyas maquinarias y estructuras suelen ser aparatosas y muy pesadas.
Con mayores capacidades que los grandes transportes militares norteamericanos Boeing C-17 Globemaster III, Lockheed C-5 Galaxy y C-130 Hércules, el europeo Airbus A400M y también el carguero civil Boeing 747-400 Jumbo o el nuevo Airbus A330-743L BelugaXL, la entidad propietaria de los An-124 ucranianos es la compañía estatal Antonov Airlines. Fundada en abril de 1989, poco después de la independencia del país de la Unión Soviética, la sede oficial de la compañía estaba en el aeropuerto de Hostomel, anexo a la planta de producción de aviones Antonov, a unos 30 kilómetros de Kiev.

Sin embargo, desde hace casi tres años, pocas fechas antes de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la base de operaciones se trasladó al aeropuerto alemán de Leipzig/Halle, centro neurálgico europeo de carga aérea y cuartel general en Europa de la rama aérea del operador logístico internacional DHL. La razón del exilio en Alemania se debe a que, como era de prever, las tropas rusas atacaron, ocuparon y destruyeron a finales de marzo de 2022 gran parte de las instalaciones de la compañía.
Los bombardeos de la artillería y la aviación del Moscú destrozaron el único Antonov An-225, la aeronave más grande del mundo, dañaron un An-124 y otras aeronaves del fabricante. Desde entonces, la empresa sólo cuenta con cinco de los siete An-124 de que disponía antes de la guerra y diversos aviones de menor capacidad de carga, como dos An-12, un An-22, un An-26 y un An-74.

El aeropuerto de Hostomel fue reconquistado por las fuerzas de Ucrania a principios de abril del mismo año. Pero las autoridades de Kiev y la dirección de la compañía, a la vista de la evolución del conflicto y la alta demanda de su flota An-124 para seguir volando por todo el mundo, acordaron dejar a buen recaudo en Alemania a sus cinco An-124, tripulaciones y personal técnico. Según el director general de la compañía, Yevgeny Gavrilov, el negocio “va bien y las ventas de 2024 han alcanzado niveles semejantes a los de antes de la guerra”.
Competencia rusa a los An-124 ucranianos
Desde que Ucrania sufrió la invasión de Rusia, Antonov Airlines y su filial en Alemania siguen atendiendo las demandas del mercado comercial, pero de manera preferente las peticiones militares. Uno de sus principales clientes es la NSPA, la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN, a través de su programa SALIS, acrónimo en inglés de Solución de Transporte Aéreo Estratégico Internacional, de la que forman parte nueve naciones, España no está entre ellas. Los Ruslan transportan vehículos de combate, helicópteros y equipamientos de armamento y logísticos hacia Ucrania y entre los países miembros de la Alianza.

Pero Antonov Airlines tiene un rival directo: la compañía estatal rusa Volga-Dnepr Airlines, fundada en agosto de 1990, que dispone de algo más de media docena de An-124. Sin embargo, las sanciones impuestas al Kremlin por Estados Unidos, la Unión Europea y las naciones que defienden la causa de Kiev han marginado los servicios de la empresa rusa. La consecuencia es que la aerolínea ucraniana goza de una clara ventaja competitiva en el sector del transporte de grandes cargas.

Concebido como avión militar de transporte estratégico y con su primer vuelo en diciembre de 1982, el An-124 es la última aeronave surgida de la mente del ingeniero ruso Oleg Antonov (1906-1984), quien a lo largo de su vida dedicada a la aviación concibió 22 modelos de aviones y 52 de planeadores. Durante el mandato de Nikita Kruschev (1953-1964) y Leónidas Brézhnev (1964-1982), Oleg Antonov fue el director de la Oficina de Diseño que lleva su nombre, sobre la que recayó la fabricación de los principales aparatos de transporte de las Fuerzas Armadas soviéticas y de la compañía aérea Aeroflot.
En la configuración denominada 150 que vio la luz en 2008, el An-124 es el campeón del mercado global de pesos pesados del transporte aéreo especializado. Con unas dimensiones de carga de 36,5 x 6,4 х 4,4 metros, compartimento presurizado de un volumen de 1.028 m³ y capaz de alojar equipamientos cercanos a las 150 toneladas, posee una autonomía de vuelo a plena carga de 4.500 kilómetros con sus cuatro reactores Ivchenko-Progress D-18T, que le aportan una velocidad de crucero a plena carga de 750 km/h.

Cuenta con dos portones de carga, uno en la parte delantera y otro en la posterior del avión, ambos dotados con rampas extensibles, cuatro conjuntos de poleas eléctricas y dos cabrestantes eléctricos para tracción, lo que aporta a sus siete tripulantes una amplia flexibilidad para la estiba. La mayoría de los An-124 de Antonov Airlines fueron fabricados en los años 90 y requieren mucho mantenimiento y gran cantidad de repuestos. Pero tienen una gran demanda y siguen volando por todo el mundo con los colores azul y amarillo de Ucrania.