Estados Unidos debe decidir si se retira parcial o completamente de África

Estados Unidos en la encrucijada africana

África geopolítica

El pasado 17 de enero se hacía pública la Estrategia de Defensa Nacional que marcará la proyección de las Fuerzas Armadas estadounidenses. La lucha contra el terrorismo deja de ser la piedra angular de la acción exterior después de varios años y deja paso a la competición estratégica en el ámbito global con sus dos grandes potencias rivales: Rusia y China. Esta nueva estrategia puede afectar al despliegue de los diferentes mandos estratégicos con los que Estados Unidos reparte geográficamente su presencia, militar, más allá de sus fronteras. Son siete en total, entre los que se incluye uno para el entorno espacial. Uno de los UCCs (Unified Combatant Command) que más podría verse perjudicado en su tamaño es el AFRICOM, a pesar de que apenas supone un despliegue de en torno a 5.000 efectivos militares y otro millar en personal civil y contratistas. Respecto a la posibilidad, aún no concretada, de una reducción de su contingente o, al menos, de la retirada de algunas de las regiones del continente en las que está presente, han sido varios altos cargos los que han apuntado esa reducción en situaciones no poco oficiales.

Distribución geográfica de los diferentes mandos estratégicos estadounidenses

A mediados del mes pasado, durante el desarrollo de una cumbre en Bruselas del comité militar de la OTAN, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, confirmaba que la reducción y redirección de los esfuerzos estadounidenses en África estaban sobre la mesa. De la misma forma se expresó días más tarde el secretario de Defensa Mark Esper, advirtiendo también que no se había tomado ninguna decisión en firme por el momento. El rumor, que surgió a finales de 2019, ha ido tomando forma y ha pillado a contrapié a algunos de los principales aliados estadounidenses en el continente, con Francia a la cabeza. Mientras Macron se encuentra inmerso en un proceso de impulso de la participación europea en la región del Sahel, le toca hacer frente a la posible retirada norteamericana de África Occidental, un soporte vital para la operación Barkhane. 

No se trata simplemente de la descarga que supone el contar con aviones estadounidenses para el apoyo logístico, de la misma forma que el prestado por otros socios europeos, sino de las capacidades que aportan los drones y otros medios aéreos estadounidenses, de los que Francia, a día de hoy, carece. A pesar de que el país galo mantiene tres equipos de drones Reaper en la región, incluso con capacidad ofensiva desde hace apenas unos meses, aún no cuentan con la capacidad de llevar cabo escucha electromagnética, un elemento clave en la lucha contra el yihadismo en la región y que se estima que no estará disponible en sus propios sistemas aéreos no tripulados hasta finales de 2020. La noticia, además, sorprende por el hecho de que la base de drones – Niger Air Base 201 – que el ejército estadounidense ubicó en Agadez y cuyo coste supera los 100 millones de dólares, apenas lleva tiempo en funcionamiento, concretamente desde noviembre del año pasado. Tanto Macron, a raíz de la cumbre de Pau, coincidente en el tiempo con las declaraciones del general Milley, como el jefe de Estado Mayor del ejército francés, el general Lecointre, han manifestado su preocupación por la posible reducción del personal del AFRICOM, así como de la consecuente retirada de la presencia estadounidense en el Sahel. Algo que sería tremendamente contraproducente para convencer a los países europeos de una mayor implicación en esta región, algo que países como España, ya ha descartado.

A pesar de que todo apunta, efectivamente, a una reducción del AFRICOM, el general Townsend, el militar que se encuentra al frente de este mando estratégico, realizó una importante defensa del papel del UCC que tiene bajo su mando también en el escenario que plantea la nueva estrategia nacional. Bajo el título “una África estable y segura es un interés americano permanente”, el general defendió el pasado 30 de enero ante el comité de asuntos de defensa del Senado, la viabilidad de la actual situación del AFRICOM en el marco de la nueva Estrategia de Defensa Nacional. El general pone en relieve las enormes dificultades y riesgos que atraviesa el continente y de cuyo impacto, Estados Unidos no está exento. Sin embargo, recuerda también los importantes intereses que el país mantiene en África, con la importante presencia, en más de una veintena de países, de reservas minerales que son claves para Estados Unidos. El propio Council on Foreign Relations indica siete países – Somalia, Burundi, República Democrática del Congo, Libia, Nigeria, Sudán del Sur y República Centroafricana –, además de la región del Sahel, como lugares en los que los intereses estadounidenses pueden verse perjudicados. 

Por otra parte, el hecho de que las proyecciones del Banco Mundial indiquen la presencia de seis países africanos entre las economías con un mayor crecimiento deja entrever las grandes posibilidades comerciales y de inversión que se abren para que Estados Unidos sigan presentes en el continente. No obstante, Townsend advierte de la creciente presencia comercial y militar en África de sus dos principales rivales, Rusia y China, sobre las que se articula el viraje en la nueva estrategia. El comercio armamentístico de China supera los 2.000 millones de dólares mientras que el ruso se acerca a los 9.000, manteniéndose como el principal proveedor. 

Al ámbito comercial se debe sumar la propia presencia militar rusa a través de la empresa privada Wagner, pero también de la china, con el incremento de su presencia en Yibuti, donde dispone de una base naval. Este papel de China y Rusia, no solo perjudica el desarrollo de los países africanos en cuanto a transparencia, democratización y respeto a los derechos humanos, sino que actúa directamente contra los intereses estadounidenses. Por descontado queda, el propio riesgo que corre EE.UU si se mantiene ajeno al crecimiento y proliferación de los grupos yihadistas en el continente, pues sus pretensiones de atacar los intereses de Washington se mantienen bastante elevados, en el continente o, si aumentan sus capacidades, en el propio territorio nacional norteamericano. 

Conflictos con más impacto para los intereses de EEUU

Estados Unidos se encuentra ante una difícil tesitura. El coste del AFRICOM, teniendo en cuenta el tamaño y complejidad del continente en el que se encuentra desplegado, es muy reducido respecto a otros mandos estratégicos. Abandonar el continente africano o reducir significativamente su presencia y apoyo al desarrollo de muchos sistemas democráticos incipientes supone dejar África en bandeja a los intereses de sus dos principales rivales. EEUU perdería influencia en uno de los escenarios clave en los que se desarrollará esa competitividad que busca defender la Estrategia de Defensa Nacional, en los que, además, podría contar con importantes apoyos de países europeos que aún mantienen una gran presencia diplomática, económica, militar o cultural, como es el caso de Francia. Abandonar África acabaría teniendo un mayor coste que, según palabras del propio general Townsend, el puñado de dólares y de tropas que supone el mantenimiento del AFRICOM, con el que se defiende, y garantiza, la presencia e influencia estadounidense en un continente que triplica el territorio del país norteamericano. China y Rusia no tendrán inconveniente en rellenar el hueco que dejase su salida y eso iría en detrimento, primero, de los propios países africanos y, luego, de Estados Unidos.