El concepto de “delito de cuello blanco” apareció en nuestras vidas a finales de la década de 1930, gracias al criminólogo Edwin Shuterland. Desde entonces este tipo de delitos nos han ido acompañando bajo nombres como fraude bancario, lavado de dinero o uso ilícito de paraísos fiscales. Sea como sea nos han demostrado que el poder y la capacidad adquisitiva mueven el mundo; un mundo que en ocasiones cierra los ojos ante determinados actos ilegales. En los últimos años, la compra de propiedades en Turquía por parte de ciudadanos iraníes a cambio de la ciudadanía turca se ha convertido en una nueva forma de evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos a este país. La Comisión Europea ha criticado este tipo de actuaciones al considerarlas un tipo de delincuencia organizada.
Los ciudadanos iraníes compraron 1.399 propiedades inmobiliarias en Turquía entre enero y febrero de 2020, lo que supone 787 más en comparación con el mismo período de 2019, según ha recogido el diario Azer News. En febrero de 2020 se vendieron 4.005 propiedades inmobiliarias a extranjeros en Turquía, es decir, un 20,6% más en comparación con febrero de 2019, según este mismo diario.

Turquía e Irán siguen evadiendo las sanciones impuestas por Estados Unidos, apenas seis meses después de que el Departamento de Justicia intensificase la presión económica sobre Ankara, al presentar cargos por fraude y lavado de dinero contra el segundo banco estatal más grande del país, Halkbank, acusándolo de ayudar a Irán a evadir las sanciones de Estados Unidos, informaba por aquel entonces el periódico New York Times. “Esta es una de las más graves violaciones de las sanciones contra Irán que hemos visto. Ninguna empresa debería beneficiarse de evadir nuestras leyes o arriesgar nuestra seguridad nacional”, advertía en aquellas fechas John C. Demers, el fiscal general adjunto para la seguridad nacional.
Turquía ha hecho caso omiso a las amenazas de Estados Unidos y ha permitido que se sigan realizando este tipo de actos ilegales en su país. El diario Arab News ha informado este martes que algunas oficinas de transferencia de dinero con sede en Estambul permiten a ciudadanos iraníes eludir las sanciones impuestas por Estados Unidos. Su modus operandi consiste en utilizar mecanismos de contrabando entre las oficinas bancarias de Estambul y Teherán. El reportaje elaborado por el periódico The Times asegura que estas empresas operan principalmente en el lado europeo de Estambul, alrededor de la zona del Gran Bazar. Sin embargo, las transacciones digitales como el bitcoin no entienden de fronteras y se están realizando de manera ilegal en distintas partes del país.

En estos momentos, más de 67.000 ciudadanos iraníes viven en Turquía. Las sanciones impuestas por parte de Estados Unidos a este país han influido en todos los aspectos de su vida -sociales y económicos-, obligándoles a abandonar su hogar en aras de perseguir sus ambiciones. Durante los últimos años, el Ejecutivo turco ha proporcionado la nacionalidad del país a cualquier persona que invierta más de 250.000 dólares en propiedades o que tenga esta cantidad como dinero de depósito. Gracias a esta ley, más de 20.000 personas de distintas nacionalidades han conseguido la nacionalidad turca.
Muchos de los ciudadanos iraníes que han utilizado esta estrategia para conseguir la nacionalidad turca han cambiado sus nombres y lugares de nacimiento, con el objetivo de poder seguir realizando sus transacciones financieras sin levantar ninguna sospecha. Así, estas personas pueden disfrutar de los mismos derechos que tienen los ciudadanos turcos, excepto el derecho a votar y a presentarse como candidatos a las elecciones. Al mismo tiempo, muchos de ellos han decidido trabajar en Turquía para poder sacar el máximo rendimiento a sus negocios de exportación, unos negocios que en Irán son difíciles de mantener.

El periódico Arab News recoge el testimonio de un propietario de una empresa inmobiliaria turca que lleva un par de años vendiendo propiedades a compradores iraníes. Tal el es el éxito de su negocio que ha decidido aprender farsi para llegar a los clientes con mayor facilidad. “Pueden obtener la ciudadanía turca en tan sólo un par de meses después de adquirir el título de propiedad de la casa. Turquía es el puerto más cercano y seguro para los iraníes”, ha asegurado este hombre a Arab News. “Mi propia experiencia me ha demostrado que las transferencias de dinero se realizan principalmente en tiendas del Gran Bazar y a través de medios digitales como el bitcoin”, ha añadido.
Asimismo, el dueño de esta empresa inmobiliaria ha explicado que, mientras “algunos iraníes se traen todo su dinero en efectivo, otros utilizan sus empresas con sede en el extranjero para transferir directamente dinero a Turquía”. Este tipo de negocios podrían haber aumentado tras la imposición de sanciones adicionales a Irán. A principios del mes de enero, Estados Unidos activó sanciones adicionales a Irán, por orden ejecutiva del mandatario Donald Trump. Estas sanciones afectan de forma directa a sectores como el industrial, el minero o el textil. “Las sanciones continuarán hasta que el régimen detenga la financiación del terrorismo global y se comprometa a no contar nunca con armas nucleares”, indicó el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en una comparecencia en la Casa Blanca junto al secretario de Estado, Mike Pompeo.

“Mi negocio con los iraníes estos dos últimos años ha sido bastante lucrativo, pero ahora con el brote de coronavirus y la suspensión de todos los vuelos internacionales, el sector inmobiliario está completamente cerrado. Vendimos propiedades en lugares de lujo del lado europeo de Estambul, como Vadi Estambul, pero también en zonas modestas y suburbanas como Beylikduzu”, ha explicado el dueño de la empresa inmobiliaria a Arab News, tras hablar del impacto que este tipo de sanciones ha tenido en su sector. “La nacionalidad turca ha ayudado a los iraníes a viajar a Europa. Aun así, mantienen sus casas en Estambul como segunda opción, ya que no están obligados a vivir allí para conservar la nacionalidad. Todos sus familiares de primer grado, excepto los hermanos, pueden conservar la ciudadanía. No compran propiedades solo con fines de inversión: lo hacen para construir sus vidas aquí y acumular ahorros”, ha añadido.
Las relaciones entre Turquía e Irán se han adentrado en una nueva era. La inestabilidad entre estos dos países está aumentando, a pesar de que los iraníes siguen siendo una de las nacionalidades que más invierten en Estambul. Sin embargo, el hecho de ayudar a Irán a evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos puede tener consecuencias nefastas para la economía turca. “Estoy plenamente preparado para destruir rápidamente la economía de Turquía si los dirigentes turcos siguen por este camino peligroso y destructivo”, aseguró Trump el pasado mes de octubre. El impacto que puede tener un paquete de sanciones contra Turquía podría desestabilizar una economía que no se encuentra en su mejor momento.