Un misil estalló hace dos semanas cerca del convoy del ex primer ministro de Líbano Saad Hariri

La historia ha vuelto a repetirse. Era 2005 cuando el ex primer ministro libanés Rafik Hariri murió al estallar un coche bomba al paso de su convoy en una calle del centro de Beirut. Quince años más tarde, las fuerzas de seguridad de Líbano están investigando una explosión ocurrida hace dos semanas cerca del convoy en el que viajaba su hijo, Saad Hariri, según ha informado este domingo la oficina del ex primer ministro y tal y como había anunciado previamente el canal de televisión Al Hadath. “Dado que el convoy no se expuso a ningún ataque... [la decisión de Hariri] fue mantenerlo en secreto y esperar a conocer los resultados de la investigación de las fuerzas de seguridad pertinentes”, subraya el comunicado emitido por este organismo.
La explosión ocurrió, según han relatado varios medios de comunicación de la región, a unos 500 metros de la caravana de Hariri el pasado 17 de junio, mientras el ex primer ministro visitaba una zona montañosa en el valle oriental de la Bekaa. En las últimas semanas, los enfrentamientos han estado protagonizados entre los partidarios Movimiento del Futuro --partido político de Líbano liderado por Saad Hariri – y el movimiento Amal, organización política chií alineada con Hezbolá.
El colapso de la moneda, el aumento de la inflación y la profunda crisis financiera que atraviesa Líbano han llevado a cientos de personas a acudir a las manifestaciones que se han celebrado en todo el país durante las últimas semanas. Líbano - con unos cinco millones de habitantes y que alberga a más de un millón y medio de refugiados- es una de las naciones más endeudadas del mundo. En estos momentos, el estado liderado por el primer ministro, Hasán Diab, se enfrenta a su peor crisis económica desde la guerra civil que sufrió el país entre 1975 y 1990. Las protestas que comenzaron en octubre para poner fin a la mala gestión de los recursos y que acabaron con la renuncia de Hariri, a quien acusaban de corrupción, han adquirido varios meses después una dimensión política.
Al-Hadath TV informó de que la explosión se produjo cuando un convoy de unos 30 vehículos en el que viajaba Hariri regresaba a Beirut, una vez que la reunión con el jeque Khalil al-Mais en la aldea oriental de Makseh había terminado. Asimismo, este canal de televisión aseguraba que las fuerzas de seguridad habían registrado la zona y habían encontrado los restos de un misil, subrayando que las autoridades estaban investigando si el proyectil había sido disparado desde un avión teledirigido o desde el suelo. Hariri ocupó el cargo de primer ministro entre 2009 y 2011 y fue elegido en 2016 para formar Gobierno como candidato de consenso para desbloquear la parálisis institucional causada por las desavenencias existentes entre las fuerzas políticas.

Un tribunal respaldado por la ONU ha acusado a los miembros del grupo militante Hezbolá de estar detrás del asesinato de Rafik Hariri, el padre del ex primer ministro, quien fue asesinado el 14 de febrero de 2005 en un atentado terrorista en el que murieron otras 21 personas. La Policía de Líbano ha emitido un comunicado este domingo aclarando que durante la visita de Hariri a Bekaa, una persona había admitido ver un objeto estrellarse contra el suelo y explotar; por lo que decidieron abrir una investigación sobre el incidente.
Los ciudadanos de Líbano han mostrado su preocupación por el rápido aumento de la inflación y el descenso del nivel de calidad de vida en su nación, exacerbado durante los últimos meses por la pandemia del coronavirus. En este escenario, el Ministerio de Asuntos Exteriores del país ha convocado una reunión con la embajadora de Estados Unidos “a la luz de sus últimas declaraciones”. En una entrevista con el canal de noticias Al-Hadath, de propiedad saudí, emitida el viernes, Dorothy Shea dijo que Estados Unidos estaba preocupado por “el papel de Hezbolá” en el país. “Se han desviado miles de millones de dólares que deberían haber ido a parar a las arcas del gobierno para que éste pueda proporcionar servicios básicos a su pueblo. Además, ha obstruido algunas de las reformas económicas que la economía libanesa necesita tan desesperadamente”, criticó.
Mientras tanto, la crisis económica sigue siendo motivo de preocupación en el país. La moneda libanesa alcanzó nuevos mínimos el viernes, después de que la libra cotizase este jueves en el mercado paralelo ilegal a 6.800 frente al dólar, lo que supone una pérdida de valor de más del 75% dado que el cambio oficial se mantiene a 1.515 libras desde 1997. El presidente Michel Aoun advirtió el pasado jueves de un “ambiente de guerra civil” tras hablar de los recientes disturbios en el Líbano, unas manifestaciones que ha descrito como “intentos de avivar las tensiones sectarias en medio de una crisis financiera”.