Estaba previsto que la reciente visita a París del rey de Marruecos, Mohamed VI, fuese una oportunidad para que el Reino y Francia superasen sus diferencias e iniciasen una nueva etapa en sus relaciones bilaterales después de varios meses de tensión. Finalmente, tras numerosas peticiones por parte del Elíseo, el monarca marroquí iba a cenar cara a cara con el presidente francés, Emmanuel Macron, con el objetivo de poner fin a la crisis actual que ha abierto una brecha entre los dos aliados históricos.
No obstante, dicha cena no se llegó a celebrar debido al precipitado regreso de Mohamed VI a Marruecos tras el devastador terremoto que afectó a varias regiones del país y provocó aproximadamente 3.000 personas. “El soberano alauita debía estar al frente de las operaciones de rescate, realojamiento e indemnización de las víctimas del seísmo”, informa Maghreb Intelligence.
Tal y como señala el medio, en un principio la reunión entre Mohamed VI y Macron se aplazó, pero ahora se ha pospuesto indefinidamente. De acuerdo con Maghreb Intelligence esto se debe a “una serie de meteduras de pata por parte de Emanuel Macron y su ministra de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna”. Tanto el Elíseo como el Ministerio de Exteriores han tratado de ejercer "presiones" directas e indirectas sobre Marruecos, no para que acepte recibir ayuda humanitaria de Francia tras el seísmo, sino “para asegurarse un momento de gloria en el punto de mira de los medios de comunicación internacionales”.

Para Rabat, "esta torpe estratagema diplomática y de acoso mediático” no ha hecho más que empeorar la situación entre ambos países. “En un momento en que el Reino se enfrenta a una verdadera catástrofe, el único objetivo de Francia era salirse con la suya, sin consultar a las autoridades marroquíes”, añade el medio.
"A diferencia de muchos otros países amigos, Francia quiso aprovechar el impulso mediático, haciendo caso omiso del enfoque humanitario", explica un antiguo diplomático francés que estuvo destinado en Rabat a Maghreb Intelligence.
Por otro lado, las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Francia se han deteriorado aún más después de que la ministra francesa de Asuntos Exteriores anunciase desde El Cairo que Macron visitaría el Reino. Esto supone una grave violación del protocolo, según Rabat, donde una fuente gubernamental autorizada aseguró que no tenía conocimiento de ninguna visita prevista del presidente galo a Marruecos.