Cuatro años después de su investidura al frente del Estado argelino, Abdelmadjid Tebboune pronunció ayer, 25 de diciembre, su primer discurso a la nación. En su discurso, hizo balance de estos cuatro años

Tebboune pronuncia su primer discurso a la nación en sus 4 años al frente del Estado

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune - PHOTO/FILE
PHOTO/SOCIAL NETWORKS - Abdelmadjid Tebboune

El presidente Tebboune se dirigió a la nación en el Palacio de las Naciones del Club des Pins, en los suburbios occidentales de Argel, pocos días después de presentarlo mediante el Decreto Presidencial nº 23-462, de 19 de diciembre de 2023, por el que se convocan las dos Cámaras del Parlamento.

  1. Tebboune pronuncia su primer discurso a la nación en 4 años

Tebboune pronuncia su primer discurso a la nación en 4 años

Es la segunda vez que un presidente de la República argelina se dirige solemnemente al pueblo a través de sus representantes electos. La primera fue en 1977, poco más de un año después de que el difunto Houari Boumediene fuera elegido presidente de la República el 10 de diciembre de 1976. En aquella época, el Parlamento argelino era unicameral. 

Tras 12 años de congelación después del golpe de Estado del 19 de junio de 1965, que depuso a Ahmed Ben Bella, primer presidente de la República argelina, a través de su ministro de Defensa Nacional y vicepresidente del Consejo de Gobierno, Houari Boumediene, el electorado argelino fue convocado el 25 de febrero de 1977 para elegir la nueva Asamblea Nacional. Esta Asamblea contaba con algunas de las principales figuras de la escena política argelina, entre ellas su presidente Rabah Bitat, uno de los 22 miembros históricos que habían lanzado la revolución del 1 de noviembre de 1954 por la independencia nacional. 

Asistieron al acto el presidente del Consejo de la Nación, Salah Goudjil (93), el presidente de la Asamblea Popular Nacional (APN), Brahim Boughali (60), el primer ministro, Nadir Larbaoui (75), el presidente del Tribunal Constitucional, Omar Belhadj, el jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular (ANP), general de Ejército Saïd Chengriha (78), y otros altos cargos del Gobierno. El presidente argelino comenzó su discurso felicitando a los asistentes y declarando su “orgullo de estar ante representantes elegidos sin el apoyo del dinero, ya sea limpio o sucio”. 

Abdelmadjid Tebboune
Abdelmadjid Tebboune

Como si las campañas electorales de los diputados presentes se hubieran realizado gratuitamente y sin ningún desembolso financiero. Es cierto que Tebboune comparte un denominador común con los diputados del Parlamento argelino: el boicot de las elecciones por parte del pueblo argelino. Esto les convierte en representantes mal elegidos e impopulares.

Fue un ejercicio algo complicado para el presidente argelino. Unas veces leyó el texto que le habían preparado, otras improvisó y se salió completamente del tema, llegando incluso a establecer un vínculo entre la explotación de la gran mina de hierro de Gara Djebilet, en el suroeste del país, y la mina de fosfatos de Bled El-Hadba, en Tébessa, en el este. 

Al presentar un panorama sombrío del periodo de Buteflika, el presidente se ha desacreditado ante los argelinos, que no olvidan que fue ministro durante 17 años e incluso primer ministro bajo el régimen al que ahora responsabiliza de todos los males del país. Una multitud de meteduras de pata y el uso de un lenguaje populista restaron solemnidad al discurso. 

En su retahíla de meteduras de pata, que los argelinos califican de mentiras, el presidente volvió sobre la famosa historia de la recuperación de los fondos malversados por sus antiguos compinches en el régimen de Buteflika. Si hace unos meses anunciaba la recuperación de 20.000 millones de dólares, esta vez ha aumentado la cifra en una buena decena, hasta los treinta. 

Por haber expresado dudas sobre esta cifra, el periodista El-Kadi Ihsane fue condenado a 7 años de cárcel. En otras palabras, todo lo que Tebboune propone como cifra debe tomarse al pie de la letra, aunque sea irreal.

Esta suma adelantada por Tebboune es, en realidad, el importe de los fondos incautados en dinares de las cuentas bancarias y bienes inmuebles argelinos de los ministros, generales e industriales detenidos y condenados por enriquecimiento ilícito. No se incautó ni un solo dólar de sus cuentas en el extranjero ni de ningún bien adquirido fuera de Argelia.

Además de este historial muy dudoso, Tebboune se ha lanzado a una serie de promesas muy inalcanzables, entre ellas la de situar a Argelia a la cabeza de los productores de fosfatos en África, sin saber ciertamente que el contrato firmado con los chinos para producir 10 millones de toneladas al año de aquí a 2022 no ha alcanzado aún sus objetivos. 

No entendemos por qué el presidente argelino mencionó los fosfatos, insistiendo en que Argelia será pronto el primer productor mundial de fosfatos. ¿Acaso ignora que Marruecos posee las mayores reservas de fosfatos del mundo y está presente en todos los mercados mundiales? En el mejor de los casos, Argelia sólo podría reclamar el 5º puesto mundial, mientras que Marruecos ocupa desde hace tiempo el 3º. 

Tebboune, que está a sólo un año del final de su mandato, tiene todo el interés en revisar sus planes con lucidez y realismo si quiere presentarse a la reelección a la cabeza de un Estado marcado por la edad de sus responsables. Estos gerontes, que ya no están en sintonía con una población joven, son los principales responsables de la crisis multidimensional que vive Argelia desde hace varios años.