Marruecos se plantea la siembra de nubes artificiales

A la luz de la actual sequía, Marruecos está considerando utilizar la tecnología de siembra de nubes para producir lluvia artificial. El país ha estado tratando de aumentar las precipitaciones a través del programa Al-Ghaith, una colaboración con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, desde la década de 1980.
- Como funciona la siembra de nubes
- ¿Siembra de nubes o desalinización?
- ¿Provocar la lluvia artificial es un buen método para combatir el cambio climático?
Este método se utiliza principalmente en los países del norte de África y Oriente Medio entre noviembre y abril utilizando cloruro de sodio y yoduro de plata con 22 tasas de operación. Las cifras presentadas por el ministro de Abastecimiento y Agua, Nizar Baraka, en el Parlamento el pasado mes de noviembre muestran que su Ministerio ha invertido 160 millones de dirhams (14,7 millones de euros) en el programa de siembra de nubes artificiales de Al-Ghaith desde 2021 hasta 2023.

El ministro Nizar Baraka dijo que el país se enfrenta a la peor sequía de su historia, con una caída de las precipitaciones del 67% y del 66% en cuanto a los embalses en los últimos tres meses. Baraka explicó en una conferencia de prensa después de la reunión semanal del Gabinete que la media nacional de precipitaciones durante los últimos tres meses fue de 21 mm, un 67% menos que la media anual.
Como funciona la siembra de nubes
Las nubes artificiales son una forma de manipulación del clima. Aunque son una práctica que existe desde hace décadas, estos métodos de geoingeniería han cobrado impulso en los últimos años. Esto incluye aumentar el uso de lluvia artificial, que hace que la precipitación caiga del cielo.
La última región en sumarse a esta tendencia es China. La ola de calor más larga en décadas y el agotamiento de los recursos hídricos, incluido el río Yangtsé, que ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos años, han llevado al gigante asiático a proponer una solución de este tipo.
Según el South China Morning Post, varias oficinas meteorológicas de las provincias de Hubei y Hunan utilizan cazadores de nubes, que lanzan cohetes que contienen sustancias condensables, como barras de yoduro de plata, para rociar las nubes y producir lluvia. A través de este tipo de programa, las autoridades chinas esperan cubrir 5,5 millones de kilómetros cuadrados de nubes artificiales, o alrededor del 60% de la superficie terrestre del país antes de 2030.
China provoca lluvia artificial en medio de la ola de calor más larga de su historia, En un video difundido este martes por South China Morning Post se explica que los especialistas están lanzando cohetes con químicos al cielo en un proceso conocido como 'siembra de nubes'. pic.twitter.com/UioGzpaUUD
— Ricardo Artigas (@RicardoArtigas9) August 23, 2022
No solo China ya ha experimentado en numerosas ocasiones; Emiratos Árabes Unidos, un país que en verano supera temperaturas de 50 grados centígrados con apenas humedad, es otra nación pionera en el uso de nubes artificiales. Los Emiratos Árabes Unidos utilizan aviones cargados con yoduro de plata, sal u otros productos químicos para producir lluvia o nieve.
Finalmente, las nubes de diminutas moléculas de agua que flotan en el aire se asientan cuando se exponen a sustancias químicas. Sin embargo, estos métodos son menos agresivos y efectivos que los que usan drones, electricidad y tecnologías de próxima generación.
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— المركز الوطني للأرصاد (@ncmuae) July 20, 2021
¿Siembra de nubes o desalinización?
Preguntados sobre si esta tecnología podría aumentar las precipitaciones en Marruecos y tener así un impacto positivo, especialmente en las actividades agrícolas, los expertos restaron valor a su importancia y eficacia, explicando que “la experiencia internacional ha demostrado sus deficiencias, por lo que es necesario buscar nuevas tecnologías, incluida la desalación y tratamiento de aguas residuales”.
“Las experiencias en todo el mundo muestran que las tecnologías de lluvia artificial son ineficaces porque requieren enormes presupuestos y condiciones climáticas específicas”, afirmó el experto en agua Abdul Rahim Hindouf. “El problema del agua en Marruecos está relacionado con las políticas de gestión del uso de los recursos disponibles. Incluso si el informe de precipitaciones hubiera existido en la década de 1960, se habría gestionado al azar. Por ejemplo, las tecnologías de pulverización de agua de lluvia siguen siendo redundantes e ineficaces”, añadió.

¿Provocar la lluvia artificial es un buen método para combatir el cambio climático?
Aunque parece atractivo como proyecto, la creación de nubes artificiales no tiene mucho respaldo entre la comunidad científica y expertos en el desarrollo y clima sostenibles. Si bien es un sistema utilizado por muchos países del Golfo, como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, las consecuencias que generan en el medio ambiente están calando en las opiniones de los expertos. Conviene señalar primero que los indicadores de tratamiento de aguas residuales en los países en los que se usa esta tecnología son bajos.
“Marruecos se ha dado cuenta seriamente de que la desalinización es la solución más eficaz porque es una tecnología utilizada principalmente en la región del golfo Pérsico”, Mustafa al-Aissat.
Muchas ciudades no utilizan esta tecnología porque estos recursos acaban en el mar. En este punto, sería mejor limpiarlo y distribuirlo a los lugares de trabajo industriales que consumen mucha agua. Mustafa al-Aissat, experto en clima y desarrollo sostenible, afirma que se ha demostrado una y otra vez que el proceso de siembra artificial de nubes es inútil y no es una solución que ayude a salvar a la gente de la sed.
Marruecos también ha intentado varias veces introducir esta tecnología, pero no ha conseguido resultados. Aissat insiste en que el futuro de Marruecos pasa por la desalinización.

Varios países confiaron en esta tecnología antes de pasar a la desalinización de agua de mar, que es más eficiente y realista que las suposiciones de siembra artificial de agua de lluvia. Otra tecnología que ha demostrado su eficacia en todo el mundo es la tecnología que recientemente se ha asociado con los “acueductos”, especialmente la tecnología utilizada para conectar las aguas del río Sebou con el Bouregreg, que ha salvado a millones de residentes en los últimos dos meses de sufrir problemas de sed.
Aunque la tecnología avanza a pasos agigantados, la mejor forma de combatir la sequía es el correcto uso del agua y correcto aprovechamiento de las escasas precipitaciones, almacenando el agua para cuando se necesite.