La colaboración pública-privada, clave en la seguridad alimentaria en África

África no permanece ajena a las consecuencias del cambio climático y la seguridad alimentaria se convierte en otro de los grandes retos que tiene el continente, de ahí que sea uno de los temas abordados en la I Cumbre de Cooperación África-España que se celebra hasta el 8 de julio en Madrid, organizada por One Africa Forums. Un desafío que necesita de la cooperación público-privada para llegar a buen fin.
África cuenta con más del 50 % de la tierra cultivable en el mundo y debe aprovechar este desafío para desarrollar esquemas agrícolas innovadores, ya que son varios los países que destacan como modelos para el desarrollo agrícola.

Para hablar de este tema, y moderado por el periodista y director de Atalayar entre dos orillas, Javier Fernández Arribas, se celebró un panel en el que intervinieron representantes de distintos agentes. Se abría este debate con un vídeo de Josefa Correa Sacko, comisionada de la Unión Africana, que calificó la seguridad alimentaria como “una prioridad de primer orden” y abogó por un trabajo conjunto. Correa defendió el reconocimiento de aquellos modelos que han tenido éxito como el de Marruecos, país que está teniendo un destacado progreso en el campo de la agricultura y el desarrollo agrícola y que ha invertido en la investigación de la agricultura, lo que ha supuesto mejoras para los agricultores, los cultivos y la producción.
La comisionada de la Unión Africana aseguró que la seguridad alimentaria no se soluciona de forma independiente, sino que exige colaboración entre el sector privado y público y defendió que España puede hacer una gran aportación al continente africano al compartir sus buenas prácticas, la tecnología, inversiones y apoyando la agricultura sostenible. “Hay que tener acceso a los inversores y promover el desarrollo tecnológico”, afirmó.

Otros temas importantes para garantizar la seguridad alimentaria, según la experta, son el hacer frente al cambio climático y sus graves consecuencias con políticas que, por ejemplo, conserven los suelos; y apoyar y dar oportunidades de formación y empleo en el sector agrícola a los más jóvenes. “Si invertimos en ellos lo hacemos en nuestro futuro sostenible y seguro”, aseguró.
Intervino también Victoria Hohenlohe, ESG &, consultora de Sostenibilidad MJ Hudson, España, que se centró en el cambio climático y sus efectos. África, comentó, produce el 4 % de las emisiones a nivel mundial y es la región con mayor crisis climática, lo que supone que la seguridad alimentaria se convierta en uno de los grandes problemas. El cambio climático, según la ponente, es un acelerador de este problema que, además, contribuye al aumento de las enfermedades y a una menor producción. Hohenlohe recordó la gran crisis en Kenia debido a la sequía récord que vive, lo que está provocando que se abandone la vivienda habitual en busca de otros lugares.
Para la ponente, si queremos buscar soluciones, el sector público y privado debe trabajar de forma conjunta en temas tan importantes como la innovación, el conocimiento y la transferencia de tecnología.
Finalmente, recordó que el cambio climático llega de muchas formas, no solo como sequía, y que el impacto tiene efectos económicos y sociales tan importantes como la crisis alimentaria de la que se está hablando.

A continuación, tomó la palabra Yasmin El Harchi, directora de Programas de la Fundación Cideal en España. Tras felicitar la iniciativa de este encuentro, “que conectan a actores de distinta naturaleza” como agentes del sector privado y público, la sociedad civil, inversiones, académicos…, explicó las tareas desarrolladas desde 1983 por la fundación que representa, en concreto, en materia de seguridad alimentaria.
El Harchi explicó que al principio trabajaron en la apuesta de sistemas autosostenibles enfocados en la alimentación escolar debido a que las tasas de malnutrición infantil son muy elevadas. “La idea era generar menús con dietas de nivel nutricional elevado para asegurar una comida completa en esos niños”. Los nuevos proyectos, indicó, se centran en la introducción de tecnología avanzada como drones para el estudio de los suelos y la vegetación que repercuten en la mejora de la toma de decisiones. También habló de otras iniciativas relacionadas con sistemas de riegos eficientes que incorporan energías renovables o la introducción de semillas mejoradas, “porque otro problema es que las semillas dan cosechas muy pobres”.

El Harchi, como el resto de los participantes, abogó también por la colaboración público-privada.
Cerraba este debate David Garay, CEO de Indegate, España, quien también resaltó la importancia de estos foros para el desarrollo africano. Respecto a la seguridad alimentaria, y en línea con sus compañeros de mesa, aseguró que es necesaria una transformación agrícola, el contacto con los agricultores, el acceso a sistemas de tecnología, y el apoyo de los gobiernos para que se pongan en marcha políticas adecuadas y de los inversores para poder financiar esa transformación.