Argelia: el invitado sorpresa en la reunión del Consejo de Alta Seguridad

“Soy el sargento Houari, del CPMI, el escuadrón de la muerte. Voy a hablarles de Haddad Abdelkader, alias Nacer El-Djen. Liquidaba (nota del editor: ejecutaba detenidos) en el CPMI” (Centre Principal Militaire d'Investigation) de Ben-Aknoun, en las afueras de Argel.
El autor de este espantoso testimonio era un suboficial que había trabajado en el escuadrón de la muerte de la Dirección Central de Seguridad del Ejército (DCSA) en los años 90, durante la sangrienta década de la guerra civil. Una década marcada por la muerte de 250.000 civiles y soldados argelinos y la desaparición de unas 20.000 personas. En realidad, estos desaparecidos fueron ejecutados en centros de detención de los servicios de seguridad. Por lo general, se trataba de sospechosos contra los que no había pruebas para procesarlos por terrorismo. Tras torturarlos atrozmente, y para evitar que contaran a nadie las torturas sufridas, simplemente les disparaban en la cabeza.
Nacer El-Djen
Nacer El-Djen era teniente en aquel momento. Era miembro del “escuadrón de la muerte”. Un equipo cuya misión, cuando se creó, era la liquidación física de presuntos terroristas. Esto tenía lugar por la tarde, al anochecer. Envuelto en una “kachabia” (túnica con capucha), el agente llamaba a la puerta del sospechoso. La primera persona que abría la puerta era abatida a tiros con un Kalashnikov. No importaba si era el terrorista buscado u otro miembro de su familia. “El objetivo era transmitir un mensaje a los terroristas: aunque os escondáis en el maquis, vuestras familias están a nuestro alcance”, afirma un antiguo oficial del “escuadrón de la muerte”. Con el tiempo, la misión del escuadrón de la muerte evolucionó y sus miembros pasaron a la ejecución extrajudicial de falsos sospechosos.
Nacer El-Djen era uno de los más sanguinarios. “A veces mataba hasta 20 o 25 personas al día”, afirma el sargento Houari en el vídeo que aparece a continuación. “Discutía con sus colegas por las primas, que ascendían a 10, 15 y 20 millones por cada cabeza asesinada. Si tienes liquidez dentro de la CPMI, recibes 15 millones (céntimos en dinares, el equivalente a 1.000 euros); si tienes liquidez fuera de la CPMI, recibes 25 millones (1.700 euros). Quería hacer más que cualquiera de sus colegas. Podía matar hasta 2 personas al día”. Un testimonio que hiela la sangre. Cuesta creer que un hombre normal pudiera entregarse a semejante ejercicio. “Antes de pasar a la acción, Nacer tomaba pastillas”, explica Houari, que señala que Nacer era un buen amigo suyo. A veces le daba grandes sumas de dinero, “hasta 8 millones (500 euros)".
Durante el hirak de febrero de 2019, Nacer El-Djen y algunos de sus compinches, entre ellos un tal Hocine Boulahya (de nombre real Hamid Oubelaïd), huyeron a España, donde adquirieron magníficas villas con el dinero que habían amasado durante la sangrienta década. Con la llegada del general Chengriha a la Jefatura del Ejército y como hombre fuerte del régimen, todos los antiguos oficiales que se distinguieron durante la guerra civil por su monstruosidad volvieron al servicio. Incluso el coronel Djebbar Mehenna, que cumplía una condena de 8 años de cárcel, fue liberado al cabo de 11 meses y ahora es director general de Seguridad Exterior.

Nacer El-Djen fue incluso ascendido al grado de general el 5 de julio de 2022. Desde hace poco más de un año, está al frente del Centro Principal de Operaciones Militares de Argel. Se trata de un centro en el que se detiene a cualquier persona arrestada por “actividad subversiva”. Es decir, todos los opositores políticos. Todos los generales y oficiales superiores o subalternos detenidos en el marco de ajustes de cuentas y que hoy llenan las cárceles de las prisiones militares pasan por este centro para una o varias sesiones de tortura bajo la dirección del general Nacer El-Djen.
Todos los que conocen el pasado sulfuroso de este general se sintieron ofendidos al verle sentado en el Alto Consejo de Seguridad. Sin embargo, su cargo no le permite asistir a las reuniones de este órgano. Representaba al director de la Seguridad Interior, el general Djamel Mejdoub Kehal, “ausente por motivos de salud”. Sin embargo, el día anterior había estado presente en la ceremonia de traspaso de poderes en la Dirección General de Seguridad Nacional.
Para sustituir al general Mejdoub, Nacer El-Djen se benefició sin duda de una promoción jerárquica. Ahora es el número 2 de la Dirección General de Seguridad Interior. Este ascenso se logró sin duda gracias a la ayuda del general Djebbar Mehenna, con quien forma un dúo perfectamente armonioso. Entre ambos simbolizan la “nueva Argelia” prometida por el tándem Tebboune-Chengriha.