Erdogan viaja al Golfo para salvar la economía turca y aumentar su influencia en Oriente Medio

Recep Tayyip Erdogan ha liderado la delegación turca que ha desembarcado en Arabia Saudí para estrechar lazos con el líder regional. Cerca de 200 empresarios, inversores y propietarios de empresas de diversos tamaños han acompañado el presidente otomano en la que ha sido la primera etapa de una gira que llevará a Erdogan a los tres Estados del Golfo (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar). A su llegada el lunes por la noche le siguieron reuniones con ministros y funcionarios saudíes, tras las que pudo discutir con el príncipe heredero una serie de acuerdos en los sectores de la energía, defensa, investigación y desarrollo, entre otros, que ambos líderes rubricaron poco después.

Otro de los aspectos abordados durante el encuentro fue el que respecta a dos contratos entre saudíes y la empresa turca Baykar. Erdogan quiso dejar claro que la intención de esta serie de viajes es “la inversión conjunta y las actividades comerciales con estos países”. Y es que el punto de partida con el que cuentan las relaciones de Turquía con los países del Golfo es difícilmente mejorable. En las últimas dos décadas el volumen comercial entre Turquía y estos tres países ha crecido desde los 1.600 millones de dólares hasta los 22.000 millones, una cifra a la que ha referido Recep Tayyip Erdogan asegurando que “con los foros de negocios que se organizarán, buscaremos formas de hacer que esta cifra avance mucho más”.
Arabia Saudí aparece como uno de los más importantes dentro de ese elenco de socios con los que Turquía quiere fortalecer sus lazos. Tan sólo el año pasado, el comercio entre ambos países alcanzó los 6.500 millones de dólares, un montante que puede ser superado este año ya que en lo que llevamos de 2023, el volumen de intercambio comercial asciende hasta los 3.400 millones. El presidente turco también ha hecho referencia a los sectores en los que está más interesado para cooperar con los tres países que planea visitar durante esta gira: “Turquía tendrá serias oportunidades de inversión en la industria de defensa, infraestructura e inversiones en superestructuras en los tres países”.

También ha querido dejar claro que todos ellos podrán beneficiarse de los activos turcos, en los que espera una importante inversión por parte de sus socios del Golfo. El primero de esos movimientos no se ha hecho esperar dado que Riad andaba detrás de los drones turcos, para los que ha alcanzado un acuerdo durante el encuentro entre los líderes de ambos países. Esta adquisición fue confirmada a través de Twitter por parte del ministro de Defensa saudí, Jalid bin Salmán al Saud, que aseguró que su país “comprará drones con el objetivo de mejorar la disposición de las Fuerzas Armadas y aumentar su defensa y capacidades de fabricación”.

La visita de la delegación turca a esta región tiene una motivación mucho más delicada de lo que se podría pensar en un inicio. Más que de una oportunidad – que siempre lo es cuando los socios son los mencionados – se trata de una obligación. Turquía necesita ingresar una importante cantidad de dinero antes de noviembre, cuando deberá hacer frente a pagos de deuda. Para ello requiere inversiones extranjeras directas y, sobre todo, aumentar sus reservas internacionales de divisas. Y para ello, establecer una “nueva era” con los saudíes, como así lo calificaba el comunicado conjunto de ambas administraciones, es una gran noticia para las aspiraciones otomanas.
De esta forma, Erdogan da un paso que puede ir acompañado de otros que continúen cambiando la configuración de las relaciones diplomáticas de la región, totalmente renovada desde el restablecimiento de los vínculos entre Arabia e Irán. Este hecho, sumado al regreso de Siria a la Liga Árabe, abre la puerta a que sea ahora Turquía quien acerque su postura a la del país de Bashar al-Assad. El propio Erdogan ha asegurado que su país nunca “ha cerrado la puerta” a las conversaciones con el Ejecutivo sirio, intentando de esta forma alejar el foco de un contexto aún complicado para los turcos.

La prioridad del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan es consolidar su posición en Oriente Medio a través del aumento de la inversión. De ahí que este viaje resulte clave tanto para la situación económica de su país, que pende de un hilo desde hace tiempo, como para su influencia en la región, algo para lo que precisamente vive un buen momento el Golfo. El presidente turco, si algo ha dejado ver en sus casi diez años al frente del país, es que sabe moverse en situaciones límite y aprovechar los momentos de cambio, como el que vive ahora la región. Es ahora cuando Ankara puede sacar rédito de una serie de reajustes que pueden dejarle en una gran posición de alianza con los países del Golfo.