Las amenazas entre Irán e Israel son cada vez más visibles. El director del Consejo Estratégico sobre Relaciones Estratégicas de Irán, Kamal Jazari, un alto asesor del líder iraní Alí Jamenei, ha declarado que su país es “capaz de construir una bomba nuclear” porque Irán posee los recursos y la tecnología suficiente para hacerla.
“En pocos días hemos sido capaces de enriquecer uranio hasta el 60%, y podemos producir fácilmente uranio enriquecido al 90%. Irán tiene medios técnicos para producir una bomba nuclear, pero no ha habido decisión de construirla”, afirmaba Jazari, haciendo referencia a la decisión de apostar por un programa pacífico a pesar de las sospechas de Estados Unidos.
Sin embargo, estas declaraciones ya han recibido respuesta por parte de Israel. “Es de obligación moral y una orden de seguridad nacional” que Israel se prepare para una respuesta militar contra el programa nuclear de Irán. Esas han sido las palabras del jefe del Ejército israelí, Aviv Kochavi, quien también, según ha recogido el medio The Times of Israel, ha asegurado que “preparar el frente interior para la guerra es una tarea que debe realizarse en los próximos años, especialmente a la luz de la posibilidad de que se nos exija actuar contra la amenaza nuclear", algo que ya están haciendo las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Estos preparativos incluirían “una variedad de aviones operativos, la exhibición de muchos recursos, la adquisición de armas apropiadas, la inteligencia y el entrenamiento”, en una clara intención de sacar músculo militar ante lo que supone la mayor amenaza en Oriente Medio.
Unas amenazas que se producen también en un momento crucial: la primera visita del presidente estadounidense Joe Biden a la región, quien expresaba antes de salir de Washington su deseo de volver al acuerdo nuclear iraní de 2015. El pacto, en el que participaban actores internacionales como China, Francia, Alemania, Rusia, Reino Unido y la Unión Europea, implicaba el levantamiento de las sanciones a la República Islámica a cambio de límites y supervisión de sus actividades nucleares.
Un pacto que fue abandonado hace cuatro años por Donald Trump, entonces inquilino de la Casa Blanca, y al que se ha referido también Biden. “Creo que fue un error enorme que el anterior presidente se retirara del acuerdo. Ahora [Irán] está más cerca del arma nuclear que antes. Podemos actuar contra eso y seguir teniendo un acuerdo que pueda reducir el programa nuclear”, afirmaba el presidente estadounidense.

Y con ese objetivo se acordaba entre Estados Unidos e Israel la Declaración de Jerusalén, que incluye “todos los elementos del poder nacional” para impedir que Irán obtenga un arma nuclear.
El acuerdo, firmado entre Biden y el primer ministro israelí, Yair Lapid, incluye trabajar juntamente con el resto de los aliados en la región para confrontar la agresión de Irán y sus actividades desestabilizadoras, incluidas las que realiza a través de Hezbolá, Hamás o la Yihad Islámica.
Tanto así que, en la visita del presidente estadounidense a Arabia Saudí, tanto Biden como el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, coincidieron en la importancia de impedir que Irán adquiera un arma nuclear, según un comunicado de la agencia estatal de noticias saudí (SPA). Por el momento, retomar el pacto nuclear queda relegado a Estados Unidos y a Irán.