El Grupo de Apoyo al islam y los Musulmanes (JNIM), la filial del grupo terrorista Al Qaeda localizado en el Sahel se instala en la región y aumenta su área de influencia desde Malí hacia Burkina Faso y Níger, y plantean los países del Golfo como posibles territorios en los que establecerse.
Según el índice Global de Terrorismo 2022, JNIM es “el grupo terrorista que más rápido crece a nivel mundial”. Este informe atribuye al grupo terrorista 351 asesinatos solo el año pasado, lo que supone un 69% más que en 2020, y coloca a Malí, el país en el que nació JNIM, como el lugar más castigado seguido de Burkina Faso.
La manera de expandirse del grupo JNIM y hacerse con el control de las aldeas es sencilla. Según confirman distintas fuentes y recoge el diario La Razón, los integrantes de JNM aparecen en los pueblos anunciando que ellos son los gobernantes desde ese mismo momento, implantan sus propias leyes, pero respetan algunos de los órganos de gobierno locales tradicionales, y después ofrecen tres opciones a la población: quedarse aceptando sus condiciones, marcharse a zonas que no estén bajo el control de los yihadistas, o “sufrir consecuencias violentas”.

Al contrario que otros grupos como Estado Islámico, que ejecuta públicamente a personas como forma de exponer su poder o como castigo, el JNIM no realiza a penas ejecuciones. Este hecho, sumado a que los JNIM han sabido reducir los problemas de racismo entre las etnias locales, han colaborado a una muy rápida extensión de su poder.
El crecimiento descontrolado del grupo JNIM aumenta su influencia y de captación que potencia su capacidad de actuación. El grupo estaría supuestamente detrás de los ataques ocurridos en los últimos meses en el norte de Benín, un territorio fronterizo con Burkina Faso. Supuestamente, el grupo estaría también detrás del ataque del pasado martes en el norte de Togo, el primer ataque con víctimas mortales, que dejó, al menos, ocho soldados muertos.
Viejos conocidos con distinto nombre
El Grupo de Apoyo al islam y los Musulmanes se creó el 1 de marzo de 2017 durante la Guerra de Malí por la fusión de cuatro grupos Ansar Dine, el Frente de Liberación de Macina, Al Murabitún y la rama en el Sáhara de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Estas organizaciones eran ya estrechas colaboradoras antes de fusionarse y ya se habían coordinado previamente en varias operaciones. Después de anunciar a través de un video la unión de los grupos en una nueva estructura dirigida por Iyad ag Ghali, un antiguo miembro rebelde tuareg maliense reconvertido en yihadista, como líder.

JNIM tiene una especial influencia en Malí y Burkina Faso, donde controlan de manera permanente varios territorios gobernados a través de katibas, que gobiernan a modo de califatos. Según la opinión de algunos expertos recogida por el diario La Razón, este crecimiento y la consolidación de su poder se debe a distintas tácticas de integración de las personas locales y su apoyo a la población de etnia fulani.
El racismo, causante del crecimiento rápido de JNIM
La etnia fulani es una de las piezas clave del crecimiento del grupo terrorista en el Sahel. Los fulani son uno de los grupos nómadas localizados en el norte de África y que ahora se sitúan a lo largo de todo África Occidental. Las personas pertenecientes a la etnia fulani representan un 12% de la población de Mali, aproximadamente 2,5 millones de personas, que han sufrido ataques raciales por parte de grupos sociales mayoritarios. Ante la inacción de distintos gobiernos los fulanís han encontrado en el grupo terrorista JNIM unos aliados que defienden sus intereses, y están dispuestos a apoyarles a cambio de protección. Aunque no todos los fulanís son yihadistas, el apoyo mayoritario de este grupo a los JNIM les ayuda a avanzar rápidamente y ha colaborado a que actualmente sea una de las fuerzas mayoritarias dentro del yihadismo.