Según los resultados iniciales, el voto libanés podría haber castigado a fuerzas tradicionales que han llevado al país a la peor crisis económica y social desde la guerra civil que terminó en 1990

La votación en el Líbano y el posible giro político nacional

photo_camera PHOTO/AFP - Una mujer libanesa deposita su voto en un colegio electoral

Este domingo se desarrolló la jornada electoral en el Líbano en un día de votación sin grandes incidentes en la que los libaneses estaban llamados a las urnas para comprobar si se produce un cambio radical en las estructuras de poder que han marcado las últimas décadas en el país de Oriente Medio que atraviesa una crisis económica, política y social profunda, la mayor desde la guerra civil que tuvo lugar entre 1975 y 1990.

El resultado de estas elecciones es clave para la formación de un Parlamento que elija al próximo presidente de la República y que participe en la formación de un nuevo Gobierno que logre que se pueda desbloquear la ayuda económica prevista por el Fondo Monetario Internacional, la cual tiene una gran importancia debido a la gran crisis financiera que arrastra el Líbano, y que pueda gestionar el dinero recaudado por la conferencia internacional de donantes organizada por Francia, antigua metrópoli del Líbano. 

Los colegios electorales acogieron una gran afluencia de personas este domingo entre el descontento popular por la gestión nacional en los últimos años. El jefe de la misión de observación electoral de la Unión Europea (UE), György Hölvényi, confirmó una "creciente" afluencia de votantes, según informó la agencia EFE. Por otro lado, la jornada electoral fue tranquila y no hubo incidentes reseñables.

Elecciones parlamentarias del Líbano

El hastío popular ha sido muy grande en los últimos años por la denunciada corrupción política y una grave crisis económica que provoca que gran parte de la población viva por debajo del umbral de la pobreza y que el valor de la moneda libanesa haya caído hasta un 90% en los últimos tiempos, todo ellos ante una inestabilidad y una falta de oportunidades para los ciudadanos que marcan un día a día difícil para la población. 

Durante este lunes se lleva a cabo el recuento de votos, aunque los resultados iniciales pueden indicar victorias parciales para formaciones independientes que realizaron una campaña electoral orientada a las reformas necesarias en la nación, la cual ha tenido que sufrir la ausencia de un Gobierno estable por la falta de acuerdo entre las diversas facciones políticas y tragedias como la pasada explosión del puerto de Beirut de 2020, de la que la capital sigue recuperándose. 

El panorama político libanés es complejo por el sistema de reparto de cuotas de poder entre las diferentes confesiones religiosas, entre chiíes, suníes y cristianos, que se reparten las presidencias del Parlamento, de la Jefatura de Estado y del Gobierno y un número determinado de escaños parlamentarios; el escenario también es complicado por una corrupción endémica que ha venido siendo denunciada por diversos analistas, organizaciones internacionales y por la propia ciudadanía libanesa. Una situación que ha sumido al Líbano en una crisis económica de grandes dimensiones. 

Hizbulá, grupo chií respaldado por Irán, habría podido perder apoyo electoral por la caída formaciones afines, como podrían las primeras intenciones de votos, según apuntaron medios como Arab News. Cabe recordar que la República Islámica de Irán es señalada por diversos expertos por intromisión en los asuntos de otros Estados a través de la acción de grupos colaboradores chiíes, lo que genera inestabilidad en Oriente Medio. Hizbulá es un ejemplo de esto en el Líbano como lo son los hutíes en Yemen o las Fuerzas de Movilización Popular en Irak. 

Simpatizantes del grupo Hizbulá, apoyado por Irán, levantan los puños y aplauden mientras escuchan un discurso del líder Sayyed Hassan Nasrallah

El grupo armado Hizbulá obtuvo una mayoría de 71 escaños en las últimas elecciones de 2018 y se apuntaría en este caso a una caída en estos comicios de 2022.

Hasta cinco formaciones reformistas podrían haber cosechado buenos resultados gracias a su campaña contra los excesos de los grupos tradicionales instalados en el poder en las últimas décadas. Mientras, la formación que ostentaba la mayoría, Hizbulá, buscaría mantenerse en el poder como fuerza política más votada aprovechando la supuesta caída en el número de escaños de los suníes, representantes de la otra rama del islam opuesta a la chií, representada por Hizbulá y de la que el régimen de los ayatolás es el máximo estandarte en la región. 

Los primeros resultados hasta que se conozca el recuento de votos final podrían indicar victorias para cinco formaciones independientes que han hecho campaña en una plataforma de reforma, haciendo rendir cuentas a los políticos acusados de llevar al Líbano a la peor crisis desde la guerra civil nacional. 

En este sentido, se apunta a un gran avance de las Fuerzas Libanesas, opositoras a Hizbulá y al Movimiento Patriótico Libre, aliado de la formación chií en el poder, presidido por el actual presidente de la República Michel Aoun y que se constituye actualmente en el partido cristiano con mayor presencia en el Parlamento libanés. Según datos del partido Fuerzas Libanesas, el grupo habría obtenido al menos 20 escaños, frente a los 15 de 2018. Unas Fuerzas Libanesas que durante su campaña electoral ha pedido el desarme de la milicia chií de Hizbulá. 

Michel Aoun

Según expertos y analistas, Hizbulá, enemigo de Israel y respaldado por Irán, y sus aliados y las opositoras Fuerzas Libanesas y los suyos van a optar a un número importante de escaños rivalizando en las esferas de poder. Las Fuerzas Libanesas confían en arrebatarle votos al otro partido cristiano predominante, el Movimiento Patriótico Libre de Michel Aoun. 

El próximo Parlamento debe nombrar a un primer ministro para formar un Ejecutivo, en un proceso que puede llevar meses. Cualquier retraso en el tiempo afectaría a las reformas para abordar la crisis y desbloquear el apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional y las naciones donantes.

Mientras, hay esperanzas por parte de la oposición en que se le pueda arrebatar poder a Hizbulá, ya que la milicia cuenta con apoyos chiíes desestabilizadores en la zona como Irán, Bachar al-Asad en Siria y los hutíes que protagonizan la guerra civil de Yemen, unas relaciones que alejan al Líbano de Estados del Golfo que habían dado una importante ayuda financiera al país libanés. 

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