Libia quiere potenciar su producción petrolera mientras aumentan los riesgos geopolíticos

El sector de hidrocarburos del país, que representa el 80 % del PIB, ofrece un futuro atractivo para las empresas que puede complicarse por la inestabilidad política y de seguridad
Campo petrolífero de Nafoora en Jakharrah, Libia - REUTERS/JAWHAR DEEHOUM
Campo petrolífero de Nafoora en Jakharrah, Libia - REUTERS/ JAWHAR DEEHOUM
  1. Sanciones al mercado petrolero
  2. Empresas extranjeras
  3. Factores desestabilizadores
  4. Relaciones entre Rusia y Libia

Tras décadas de desinterés en el sector del petróleo y gas de Libia, debido a las sanciones y la guerra civil, es posible que se abra un nuevo capítulo en 2025 a pesar de los crecientes riesgos geopolíticos. Esto se debe a la posible oferta de la Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC) para la exploración de 22 bloques terrestres y marinos. 

En diciembre de 2024, la NOC anunció planes para ofrecer estas 22 áreas de exploración terrestres y marinas en 2025 y así atraer inversión extranjera y fortalecer el sector energético del país. Libia cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo en el continente africano, estimadas en 48.363 millones de barriles. Además, este país ocupa el noveno lugar del mundo en reservas de petróleo, según Datosmacro. 

De momento, el panorama actual de inestabilidad política y de seguridad no ha hecho disminuir el interés en el país norteafricano y así lo podría demostrar la perforación de la empresa española Repsol. De esta manera, Libia espera aumentar su producción a dos millones de barriles diarios en 2025, en comparación con los 1,5 millones de barriles que producía al día en 2024.

<p>Refinería de petróleo en Zawiya, 55 km al oeste de Trípoli - REUTERS/ ISMAIL ZITOUNY</p>
Refinería de petróleo en Zawiya, 55 km al oeste de Trípoli - REUTERS/ ISMAIL ZITOUNY

Sanciones al mercado petrolero

Las sanciones al mercado petrolero de Libia son claves para influir en la estabilidad política y económica del país norteafricano. Desde 1980, el Gobierno libio se ha enfrentado a diversas sanciones debido a su apoyo al terrorismo y a sus intentos de desarrollar armas. Por esta razón, gran parte del territorio petrolero no ha podido ser explorado. 

A pesar de que en el año 2000 se levantaron las sanciones y se comenzaron a firmar acuerdos con petroleras internacionales como Eni y BP, las autoridades libias no estimularon la inversión extranjera y burocratizaron el sistema, obligando a las empresas a contratar a ciudadanos del país en los puestos más altos. Esto provocó un desinterés cada vez mayor por invertir en este país. 

En 2011, durante el conflicto que llevó al derrocamiento de Muamar Gadafi, la Unión Europea amplió sus sanciones para incluir a la NOC y sus filiales, con el objetivo de presionar al régimen. 

Más tarde, en 2014, la ONU y la UE amenazaron con implementar un embargo petrolífero y sanciones adicionales para evitar la exportación ilegal de petróleo por parte de facciones no reconocidas y así poder estabilizar el país, además de asegurarse de que los ingresos del mercado petrolero no se monopolizaran. 

El año pasado, la producción del petróleo en el país norteafricano se vio afectada por conflictos en la política interna, como la crisis por el control del Banco Central de Libia, generando que la producción petrolera disminuyera un 60 % hasta agosto de 2024.

Banco Central de Libia en Trípoli - REUTERS/ ISMAIL ZITOUNY
Banco Central de Libia en Trípoli - REUTERS/ISMAIL ZITOUNY

Empresas extranjeras

La empresa española Repsol comenzó la perforación del pozo exploratorio A1-2/130 el pasado 31 de diciembre, que se encuentra a 12 kilómetros del mayor yacimiento petrolífero de Libia. Además, la compañía extranjera se ha comprometido a perforar otros seis pozos en sus áreas de licencia: NC115 y NC186, que están ubicados en la cuenca del suroeste de Murzuq. 

También, la empresa italiana Eni y la británica BP han comenzado proyectos de exploración en colaboración con la Libyan Investment Company en el bloque B de la cuenca de Ghadames que está ubicada al noroeste de Libia. 

La empresa italiana y la NOC, en una empresa conjunta de petróleo y gas, son socios que se repartirán los beneficios 50/50 y supervisan las actividades de perforación basándose en su experiencia en el campo de Al Wafa. Además, la NOC afirmó que se prevén formaciones geológicas prometedoras en el pozo A1-96/3 y se espera que la profundidad de este sea de aproximadamente 3.147 metros. 

La compañía Rosneft, una de las mayores empresas de petróleo y gas controlada mayoritariamente por el Gobierno ruso, también ha expresado su interés en las grandes reservas de hidrocarburos en Libia.

Un hombre con la bandera de Libia durante un bombardeo cerca de la ciudad de Ras Lanuf - PHOTO/REUTERS/GORAN TOMASEVIC
Un hombre con la bandera de Libia durante un bombardeo cerca de la ciudad de Ras Lanuf - PHOTO/REUTERS/GORAN TOMASEVIC

Factores desestabilizadores

Aunque la situación de seguridad en Libia es relativamente estable, los acontecimientos de los países vecinos, especialmente los que involucran a Siria, Israel e Irán, podrían tener un efecto desestabilizador. Medios de comunicación libios informaron recientemente sobre discusiones entre funcionarios libios e israelíes, lo que ha provocado un tenso ambiente político.

Un factor importante es la crisis política interna que mantiene el país, ya que, desde la caída de Gadafi en 2011, se han creado facciones rivales que buscan controlar tanto el país como los recursos petroleros. 

Las administraciones son, por una parte, el Gobierno de la Unidad Nacional en Trípoli y, por otra parte, el Ejecutivo en Bengasi, que cuenta con el apoyo del general Khalifa Haftar. Estas facciones buscan controlar instituciones importantes como el Banco Central de Libia, lo que ha generado tensiones que afectan a la estabilidad del sector petrolero. 

La destitución de Bashar Al-Asad en Siria tiene implicaciones directas para la seguridad y el futuro de Libia, ya que las milicias respaldadas por Turquía fueron las que derrocaron a Al-Assad y pusieron fin a la presencia rusa en Siria, pero esto no descarta una posible confrontación ruso-turca. 

Rusia también es un factor importante, ya que Vladímir Putin busca actualmente establecer nuevas bases militares y puertos marítimos en el Mediterráneo, por lo que Libia es una de sus principales prioridades, al servir como puente de poder para los intereses y operaciones de Rusia en África. Teniendo en cuenta que la Rusia de Vladimir Putin también fue un firme aliado del régimen de Al-Assad en Siria. 

El comandante del Ejército Nacional Libio, Khalifa Haftar, en una reunión con el general Michael Langley - PHOTO/EJÉRCITO NACIONAL LIBIO via REUTERS
El comandante del Ejército Nacional Libio, Khalifa Haftar, en una reunión con el general Michael Langley - PHOTO/EJÉRCITO NACIONAL LIBIO via REUTERS

Relaciones entre Rusia y Libia

Desde mediados de diciembre pasado se ha producido un importante movimiento de personal y equipo militar desde Siria hasta Libia. Los rastreadores han registrado vuelos diarios de transporte militar desde la base aérea ruso-siria en Khmeimim a tres bases del país norteafricano. 

También se han registrado cuatro barcos rusos que llevaban carga pesada con dirección al Mediterráneo. Lo que ha llamado la atención es que los barcos apagaron sus sistemas de identificación automática en la costa de Libia en los últimos días. 

Esta situación de despliegue militar ha despertado la atención de la OTAN y el ministro italiano de Defensa, Guido Crosetto, comparó la situación actual con la crisis de los misiles cubanos en 1962. 

El presidente ruso, Vladimir Putin, presta juramento durante su ceremonia de inauguración en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 7 de mayo de 2024 - SPUTNIK/ALEXANDER KAZAKOV via REUTERS
El presidente ruso, Vladimir Putin, presta juramento durante su ceremonia de inauguración en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 7 de mayo de 2024 - SPUTNIK/ALEXANDER KAZAKOV via REUTERS

Desde 2014, Rusia ha mostrado su apoyo a Khalifa Haftar a través de envío de armas y ayuda militar, lo que lo ha convertido en el principal intermediario de poder en Libia, ya que esto también incluye otorgar el acceso a puertos y bases militares. 

Sin este país al norte de África, la idea de Rusia de establecer un imperio africano puede verse afectada y es cada vez más probable que exista una confrontación entre el Gobierno occidental respaldado por la ONU junto a Turquía y las fuerzas de Haftar, apoyadas por Rusia. 

La inestabilidad en Siria parece ser algo inminente por lo que las empresas petroleras internacionales deben evaluar el enorme potencial de Libia, frente al inestable panorama, ya que a pesar de que este país cuente con un futuro prometedor debido a los hidrocarburos que posee, un despliegue militar ruso eliminaría las expectativas.