Obama pide elecciones libres en Cuba: "Las personas deben expresarse sin miedo"

Diego Caldentey/lainformacion.com

Pie de foto:  Obama, en el Gran Teatro de La Habana

El presidente de los EE.UU. ha pronunciado un histórico discurso en el Gran Teatro Nacional de la Habana (abarrotado por 1.500 personas), que fue televisado en directo a toda la isla. "Podemos hacer este viaje juntos, como amigos. Sí se puede", ha pronunciado en español.

Mientras los focos del mundo apuntan en estos momentos a Bruselas, tras los salvajes atentados terroristas de este martes, la visita de Barack Obama a Cuba ha pasado a un segundo plano en cuanto a la atención mediática mundial. Pero, no por ello, deja de perder trascendencia. El presidente de los EE.UU ha pronunciado un discurso clave en el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana, que fue televisado a toda la isla.

Tras una breve declaración sobre los ataques ocurridos en la capital de Bélgica, Obama ha hablado ante un auditorio abarrotado. En una clara estrategia por acercarse al pueblo cubano (que ocupó la mayoría de las butacas del recinto) lo que primero que hizo el primer mandatario latinoamericano fue leer el poema 'Traigo una rosa blanca', de José Martí, héroe nacional cubano.

"He venido a enterrar el último vestigio de la Guerra Fría en las Américas", ha manifestado Obama para lanzar las primeras ideas de su discurso, ante la atenta mirada de Raúl Castro, quien lo escuchaba desde el palco principal del teatro.

"Le ofrezco al pueblo cubano el saludo de la paz", ha afirmado, tras lo cual recibió la primera gran ovación. A pesar de esas aprobaciones de la gente, el presidente de EE.UU. no ha esquivado los temas más áridos en materia de relaciones internacionales entre Estados Unidos y Cuba: "EE.UU. cree en el libre mercado, defendemos los derechos de los individuos. Pese a estas diferencias, el 17 de diciembre de 2014 hemos iniciado un proceso de integración entre ambos países. Hemos restablecido las misiones diplomáticas, abrimos embajadas, cerramos acuerdos para trabajar en cultura, en educación, en salud. Ya tenemos relaciones comerciales amplias", ha asegurado Obama.

El momento de mayor aclamación que ha recibido se produjo al abordar una cuestión crucial para el pueblo cubano: el embargo. "Lo que EE.UU. estaba haciendo no estaba funcionando. Una política de aislamiento no tiene sentido en el siglo XXI; el embargo estaba dañando al pueblo cubano. No tenemos que tener miedo a los cambios", ha aseverado.

Acto seguido, amplió su concepto para exigir ahondar en materia de libertades individuales y colectivas de los cubanos: "Los ciudadanos deben ser libres de protestar, de criticar a sus gobiernos, no debe detenerse a las personas que hagan eso. Cada persona debe ser libre de profesar su religión. Y creo que los votantes deben elegir a sus políticos en elecciones libres. Estos derechos humanos son universales", ha asegurado el presidente de Estados Unidos. "La democracia da posibilidad a las personas de mejorar y tener mejores condiciones de vida", ha agregado.

En consonancia con lo manifestado ayer en rueda de prensa, tras la reunión que mantuvo con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, Obama volvió a insistir en sus ideas: "Los cambios que vengan serán decididos por Cuba su su pueblo. No imponemos ningún sistema en ningún país", ha manifestado.

Claro que no todos sus conceptos fueron en tono amigable hacia Cuba y el Régimen. "En Estados Unidos tenemos un ejemplo de lo que los cubanos son capaces de hacer: Miami. Ni aunque el embargo se acabara mañana, Cuba podría desarrollar todo su potencial", ha asegurado.

Por otra parte, buscó también tender puentes, al recordó los lazos culturales que Cuba y su país mantienen: desde la pasión por el béisbol hasta ser dos países "de antiguos esclavos y de antiguos dueños de esclavos".

"Hay ya un cambio generacional en Cuba. Muchos me sugieren que venga a Cuba a tirar abajo algo, pero yo les digo a los jóvenes cubanos que construyan algo", ha dicho. "Tenéis a dos cubano americanos en el Partido Republicano que están yendo contra el legado de un presidente negro, que a su vez quieren continuar un socialista democrático y una mujer. Quién hubiera imaginado eso en 1959", ha manifestado.

De este modo, se ha ganado otro aplauso cuando dijo que había llamado al Congreso para levantar el embargo. En el tramo final de sus palabras, el presidente de EE.UU. apeló a la emotividad: "Podemos hacer este viaje juntos, como amigos. Sí se puede", pronunció en español.

Hubo entonces aplausos cerrados de todo el auditorio, en el que 1.500 personas (entre los que destacaban universitarios y funcionarios del régimen castrista, la élite del país y también representantes demócratas y republicanos norteamericanos).  De fondo, a las espaldas del presidente, las banderas estadounidense y cubana fueron una certera metáfora de la nueva era que comienza.

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