Hay informaciones contradictorias sobre el ataque de principios de enero en territorio maliense 

Polémica en torno al bombardeo de Barkhane en el centro de Mali 

PHOTO/CHRISTOPHE PETIT TESSON - Un soldado francés en un helicóptero militar durante la Operación Barkhane 

El 3 de enero se realizó un ataque aéreo en la localidad de Bounti, en la provincia de Mopti (centro de Mali), en el que murieron presuntamente 20 civiles al impactar los proyectiles. Supuestamente los civiles se encontraban en una boda.  

El 8 de enero el Ministerio de Defensa maliense informó que la operación francesa de Barkhane había neutralizado a un grupo de terroristas de Katiba Serma (dependiente del grupo JNIM) en la provincia de Mopti, cerca de Douentza. Estas versiones contradictorias han suscitado una polémica en Mali, exigiendo la oposición que informe de lo verdaderamente ocurrido. En un comunicado posterior, el Estado Mayor de la Defensa ha confirmado que las bombas sí que cayeron en Bounti, pero que no cayeron en una boda y que no ha habido daños colaterales. Afirman en el comunicado que esta operación se ha realizado sobre la base de una maniobra de inteligencia que duró varios días y que una hora antes del ataque un avión teledirigido detectó una motocicleta con dos individuos que posteriormente se unió a un grupo de 40 hombres adultos en una zona aislada. La observación duró hora y media y se comprobó que no había mujeres o niños.  

Según la asociación peul Tabital Pulaaku, el día en cuestión, entre las 14:30 y las 15:00 cayeron tres bombas en las proximidades de una celebración de matrimonio entre dos miembros de la comunidad peul, que es el grupo mayoritario en la zona. Los matrimonios en esta comunidad se caracterizan por separar a los hombres y a las mujeres durante la celebración. Médicos sin Fronteras, que trabaja en la zona, ha afirmado en un comunicado que han recibido varios pacientes en su centro de salud en Douentza cerca de Bounti. Las heridas de estos pacientes, hombres de más de 60 años, presentan lesiones con esquirlas de metal, que coincidirían con las de la explosión que describen. En el informe también aparece que algunos civiles presentaban heridas de balas, lo que no correspondería con la versión de la asociación. Médicos Sin Fronteras deja claro que no ha estado presente en el lugar de los hechos por lo que no puede confirmar ni desmentir ninguna de las versiones. Otros civiles presentes en la boda que presuntamente consiguieron huir afirman haber visto las tres bombas caer. La MINUSMA ha abierto una investigación para ayudar a esclarecer los hechos.  

AFP PHOTO/ECPAD - Un soldado de las Fuerzas Malienses (FAMA) habla con un soldado de la misión francesa de Operación Barkhane (izq.) durante una operación conjunta de coordinación táctica, en una foto de archivo 

La ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, ha comparecido ante la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional sobre este asunto, reafirmando que la operación llevada acabo por Barkhane se dirigía a un grupo terrorista afiliado a Al-Qaeda y que tenían suficiente inteligencia recogida para asegurar que los neutralizados pertenecían al grupo terrorista. Parly acusa al grupo yihadista de tratar de manipular a la opinión pública, argumentando que los rumores en las redes sociales han llegado justo en el momento en el que Francia se plantea reducir sus tropas sobre el terreno.  

Dos semanas después del incidente, el grupo terrorista JNIM emitió un comunicado en el que afirmaban que, como respuesta al “brutal” bombardeo, han realzado varios ataques contra las fuerzas de Barkhane y MINUSMA para “vengar a los inocentes”. El pasado 15 de enero, la ONU anunciaba la muerte de otro casco azul por una mina artesanal. Estos mismos explosivos son los que acabaron con la vida de los cinco soldados franceses el 28 de diciembre y el 2 de enero.  

Independientemente de la polémica con respecto a cuál es la versión verdadera del incidente, lo que está claro es que en una zona con tantos actores de la violencia es extremadamente difícil diferenciar a civiles, de milicianos y de pertenecientes a grupos armados yihadista. Esto es sobre todo cierto cuando hay miembros de la comunidad radicalizados, otros que son simpatizantes de alguna milicia que a su vez colabora con los yihadistas, otros que actúan por dinero y otros que simplemente son civiles que se han unido a algún grupo puntualmente para defenderse de otro. La definición de “yihadista” no está tan clara. La región donde se han producido los presuntos ataques es en Mopti, región colindante con Burkina Faso y con la zona del norte de Mali. Esta región se ha visto sumida en una espiral de violencia desde 2012. Primero, por los tuaregs que reclamaban parte de Mopti para el Azawad; luego, por los grupos yihadistas del norte de Mali como la MUJAO. En tercer lugar, por las Fuerzas Armadas malienses, que acusaron a parte de la comunidad peul de ser cómplices de la yihad. Mopti, finalmente, se ha visto sumido en un nuevo ciclo de violencia intercomunitaria y yihadista desde 2015 protagonizado por milicias dogón como Dan Na Ambassagou y por grupos yihadistas como Katiba Macina o el Estado Islámico del Gran Sáhara, que han explotado las tensiones intercomunitarias para captar seguidores de la comunidad peul. En la región está muy presente también la operación francesa de Barkhane y su Fuerza Takuba; desde inicios de 2020, ha sido la región priorizada para las operaciones antiterroristas. En las últimas semanas se han producido decenas de episodios de violencia, atentados y asaltos de grupos armados en la zona.