Alexandra Dumitrascu
Pie de foto: Propaganda de Daesh acerca del lanzamiento del primer número de la revista Rumiyah
A principios de septiembre, la organización terrorista Daesh publicó el primer número de la revista Rumiyah que, al igual que las anteriores de su género, se edita en varios idiomas, entre ellos inglés, francés, alemán, turco, ruso, indonesio y uigur, aunque todavía no en español. Esta publicación yihadista se suma a las ya existentes como la renombrada revista Dabiq que, a lo largo de los dos últimos años, ha sido uno de los medios principales a través del cual Daesh ha difundido su propaganda a los seguidores de Occidente, y de otras partes del mundo, al disponer de versiones multilingües.
La reciente publicación, aunque en contenido similar a las demás, pretendería marcar una nueva etapa en la organización, que en el mes de agosto ha sufrido la pérdida de uno de sus más valiosos líderes, Abu Muhammad al-Adnani, en un ataque aéreo dirigido por Estados Unidos. Al-Adnani era, junto a Abu Bakr Al-Baghdadi, uno de los jefes más longevos dentro de la banda, y su valor radicaba en que era el principal responsable de la propaganda del grupo, y el que dirigía las operaciones externas, bajo cuyo auspicio se llevaron a cabo numerosos ataques incluidos los de Francia, Bélgica y Turquía. El fallecimiento de Al-Adnani también ha sido lamentado en el primer número de la revista Rumiyah, aunque la organización ha asegurado que esto para nada supone su debilitamiento.
Debilidad propagandística
No obstante, antes de la pérdida de Al-Adnani, distintas circunstancias hicieron que el aparato propagandístico sufriera duros golpes. Una de las contribuciones más efectivas lo ha supuesto el papel activo de la red social Twitter que hasta la actualidad ha eliminado con éxito las cuentas de los terroristas, los seguidores y los simpatizantes del Daesh, así como los contenidos potencialmente ofensivos. Se estima que en el otoño de 2014 había alrededor de 45.000 cuentas de Twitter usadas por los seguidores del Daesh, aunque la dura campaña de eliminación de las cuentas afines de Twitter a lo largo de 2015 ha obligado a que estos se desplazaran hacia la así llamada internet profunda.
Asimismo, los esfuerzos de la coalición internacional en orden a combatir a la organización han supuesto igualmente un duro revés al contribuir a que esta perdiera gran parte del territorio bajo su control. A dos años del autoproclamado Califato, en junio de 2016, el grupo había perdido más de un 20% del territorio que controlaba en Siria, y un 47% en Irak, de acuerdo con el representante de Estados Unidos en la coalición, Brett McGurk.
Estos hechos han llevado a un desplome de la propaganda de la organización terrorista, que hasta la actualidad ha supuesto el núcleo que ha permitido el crecimiento y la supervivencia del Daesh.
De acuerdo con la investigación publicada en octubre por el Centro para Combatir el Terrorismo de la Academia Militar de los Estados Unidos (West Point) en relación con la propaganda del Daesh, la cantidad de material propagandístico difundido por la organización ha sufrido una abrupta caída desde finales de 2015, tendencia que se ha mantenido a lo largo de 2016. Tal como se desprende del informe, el volumen de material propagandístico difundido está en la actualidad en sus mínimos históricos. En agosto de 2015, el número de comunicados oficiales alcanzó su pico más alto, más de 700, no obstante, un año después estos se redujeron a menos de 200, el número más bajo registrado desde que el grupo inició su campaña propagandística, cuya media mensual se ha situado desde el principio en cerca de 400 comunicados oficiales.
Número de productos mediáticos difundidos al mes por el Estado Islámicos. Fuente: Centro para Combatir el Terrorismo
Aun así, tal como aclara el informe, el volumen de este tipo de publicaciones es impresionante y poco habitual para una organización terrorista que opera en una región especialmente conflictiva. Daesh dispone de una estructura mediática fuertemente centralizada en cuya base está el Ministerio de Medios que se encarga del control de la producción y de los productos mediáticos. A través de las seis principales distribuidoras, Al Hayat, Al Furqan, Al Bayan, Nashir, A`maq News Agency, Ajnad Foundation, la organización difunde todo el material a las más de 30 agencias repartidas entre cada provincia que controla. Además de en Siria e Irak, Daesh dispone de agencias en Libia, Nigeria, Egipto, Arabia Saudí, Yemen, Afganistán/Pakistán, y en la región del Cáucaso, lo que refleja el fuerte potencial para difundir su propaganda.
Estrategia propagandística
Sin embargo, la centralización del aparato propagandístico no impide que en cada provincia se actúe con relativa autonomía, en donde los contenidos mediáticos se seleccionan bajo un minucioso escrutinio en función de la situación correspondiente a cada área. En este sentido, tal como se desprende del análisis de West Point de más de 9.000 productos mediáticos difundidos por la organización, la propaganda se divide en cinco categorías principales: operaciones militares, gobernabilidad, comercial, religión y estilo de vida. La temática militar sigue predominando en casi un 50% del material total publicado, aunque este asunto predomina especialmente en las zonas más conflictivas como Bagdad o Alepo; las imágenes y vídeos difundidos en este sentido tratan de destacar a los combatientes en los campos de batalla, sus logros, así como la ejecución de los enemigos y los supuestos espías del Califato.
La propaganda cuya temática central es la gobernabilidad ha descendido en los últimos meses, tal como aseguran desde el Centro para Combatir el Terrorismo. Esto se debe posiblemente a las grandes pérdidas territoriales sufridas por la organización, aunque en este sentido, Daesh sigue dirigiendo sus esfuerzos en orden a destacar las bondades sociales que ofrece el califato, tal como los servicios sociales, la distribución de comida entre la población, el mantenimiento de las infraestructuras, etc.
La temática comercial y la relacionada con el estilo de vida se concentran en difundir material propagandístico relacionado con las actividades económicas de particulares (tiendas, supermercados) y con la vida diaria de la población que vive en los territorios del Califato destacada en imágenes de lo más amables. En cuanto a la religión, esta categoría ocupa una parte muy reducida de la propaganda del Daesh, y se centra principalmente en las expresiones de culto o los intentos de poner en práctica los principios religiosos que conforman el ideario de la organización terrorista.
Propaganda, clave para la supervivencia
Desde los primero pasos de la organización terrorista, la propaganda ha sido el principal instrumento mediante el cual ha conseguido captar cada vez más combatientes y seguidores. En este sentido, Daesh ha sido la organización terrorista que mejor supo aprovechar las nuevas tecnologías para difundir el contenido propagandístico. La propaganda que desde 2014 se ha distribuido, no sólo ha puesto de manifiesto una calidad incuestionable, sino que ha trasmitido con ella el mensaje de la calidad de la formación del personal que está detrás de la misma, con alto nivel educativo, formados, incluso, en universidades de Occidente.
Los objetivos de los productos mediáticos han apuntado principalmente a fomentar el apoyo a la organización, reclutar a nuevos militantes, pero también forjar nuevas alianzas con otros grupos terroristas. En este sentido, Daesh ha mostrado su capacidad para dirigirse a todo tipo de público, mediante la explotación al máximo de las redes sociales como principal canal de distribución. Estas han sido una fuente idónea de captación de nuevos seguidores, potenciales combatientes e yihadistas. A este respecto, Twitter ha supuesto una auténtica revolución en la manera de distribuir los contenidos propagandísticos, al tener el potencial de llegar a un número muy extenso de público a través del sistema de hashtag. Los mensajes difundidos por la organización han conseguido atraer en su seno a combatientes extranjeros de todo el mundo, animar a sus seguidores de llevar a cabo ataques terroristas, pero sobre todo inducir el miedo. De acuerdo con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, más de 40.000 individuos se han unidos hasta la fecha al Daesh para combatir en Siria e Irak.
No obstante, la constante presión ejercida por Twitter y otras redes sociales, incluido Youtube, ha limitado considerablemente la libertad de movimiento de la organización que se ha visto desplazada a la red profunda de internet y obligada a utilizar redes y aplicaciones cuyas prácticas de privacidad le permiten desarrollar un potencial mercado para las comunicaciones anónimas entre los miembros y simpatizantes del Daesh. Si bien por una parte este hecho podría restringir el acceso de los individuos a los contenidos de la organización, por otra, supone un nuevo reto para los gobiernos que tratan de luchar contra el terrorismo al dificultar el acceso a las comunicaciones que podrían revelar posibles ataques.
Si bien, tal como se desprende de la investigación de West Point, la propaganda del Daesh se ha desplomado en los últimos meses, esto se debe sobre la cuestión antes mencionada, y no refleja el debilitamiento de la organización terrorista, aunque la prolongación en el tiempo de esta situación, unida a mayores esfuerzos de los gobiernos y las empresas privadas para censurar las publicaciones y las comunicaciones del Daesh podría suponer un éxito en la lucha contra el terrorismo.
No obstante, no hay que obviar la capacidad de adaptación de Daesh, que ha sido una constante desde su propia existencia, y que en esta ocasión, previsiblemente, la organización solamente esté pasando por un periodo de transición cuyas consecuencias aún no se pueden cuantificar.