Una joven saharaui retenida en los campamentos de Tinduf pide ayuda

Por Rachid Elalamy

Foto: La joven Darya Embarek Selma, retratada en Tenerife.

La joven Darya Embarek Selma, de 25 años, que se encuentra retenida contra su voluntad por su familia biológica en los campamentos de refugiados y deportados saharauis de Tinduf, en el Sáhara argelino, hizo un dramático llamamiento pidiendo ayuda a través de una carta difundida en las redes sociales. La joven saharaui vivía en Tenerife desde 2001 con una familia de acogida y regresó a los campamentos de Tinduf hace casi un año debido a la  enfermedad de su padre, pero desde entonces no le han permitido regresar. El caso de Darya Embarek, denunciado por medio de su familia de acogida en Tenerife, llegó el pasado viernes al pleno del Cabildo tinerfeño, en donde fue leída una carta suya dirigida a los miembros de la corporación en la que narra su retención y sus deseos de regresar a la isla. “Me encuentro en contra de mi voluntad, porque no tengo forma de salir”, dice en la misiva la joven, que insiste en que quiere tomar sus propias decisiones: “Es una decisión que tomo yo sola, con la capacidad que tengo de decidir por mí misma dónde quiero estar y dónde quiero vivir”. El pleno del Cabildo de Tenerife  reclamó  por unanimidad que se permita el regreso a la isla de la joven  saharaui. En el acuerdo institucional, el Cabildo tinerfeño pide a los Gobiernos de Canarias y de España que hagan las gestiones oportunas para posibilitar el regreso de la joven. El Cabildo expresa “su más enérgica condena” por la situación y pide la mediación de los responsables de la denominada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y del Frente Polisario. En la carta, Darya Embarek explica que llegó a Canarias en 2001 con el programa ‘Vacaciones en Paz’ y durante su estancia le fue diagnosticada talasemia, una enfermedad en la sangre que obliga a tomar medicación de por vida, por lo que sus padres biológicos accedieron a que se quedara en Tenerife.

Estudios en Tenerife
En la isla realizó sus estudios de primaria y secundaria, y estaba cursando administración y comercio, a la vez que trabajando, sin perder contacto con su familia biológica, explica la joven en la carta. Darya Embarek regresó a los campamentos de Tinduf de visita en 2008 y 2009 y vio a su madre en 2011 en Valencia. El año pasado, su familia biológica le pidió que regresara a los campamentos de Tinduf,  porque su padre estaba enfermo. La joven aceptó y decidió pasar un mes en ese lugar inhóspito del Sáhara argelino, en enero de este año. Todo transcurrió con normalidad hasta que 10 días antes de su regreso, la familia biológica le comunicó que no regresaría a Canarias. Al cabo de varios meses, de acuerdo con su familia de acogida, la joven saharaui decidió denunciar su situación en los medios de comunicación.  El caso de Darya Embarek recuerda lo que le ocurrió a la joven española de origen saharaui Mayuba Mohamed Handidaf. También fue retenida  contra su voluntad en los campamentos de Tinduf por su familia biológica. El Gobierno español presionó al Frente Polisario para que consiguiera  su liberación. El movimiento independentista liderado por Mohamed Abdelaziz y apoyado por Argelia se negó a intervenir directamente en este asunto, porque  consideró que se trataba de un “problema familiar” y no político. Finalmente la joven Mayuba Mohamed Handidaf pudo escaparse de los campamentos de Tinduf y regresar a España. Estos dos casos demuestran que el peso de las tradiciones machistas y patriarcales en la población saharaui de los campamentos de Tinduf es mucho más importante que la propaganda que hace el Polisario a favor de la liberación de la mujer. En la práctica, las mujeres saharauis de los campamentos de refugiados y deportados no tienen ningún derecho y están bajo la tutela de los hombres, y el Polisario, dirigido mayoritariamente por hombres mayores, no piensa hacer nada para cambiar la situación.
 

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