Mientras la guerra en el este de Europa continúa escalando, y la inflación en el precio de los carburantes y de los productos básicos no deja de crecer, los Veintisiete siguen adelante en su esfuerzo por desconectarse energéticamente de la Rusia de Vladímir Putin.
Así lo recogía el plan REPowerEU adoptado por la Comisión Europea, a principios de este verano, –abogando por “trabajar con socios internacionales” en “asociaciones a largo plazo, mutuamente beneficiosas, que impulsen la energía renovable y aumenten la eficiencia energética”. Y así lo ha evidenciado la reactivación del Diálogo Energético entre la Unión Europea y Argelia, de quien, se espera, pueda convertirse en socio gasístico del continente para contrarrestar la dependencia de Moscú.

Con este propósito, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, se desplazaba este lunes hasta la capital argelina de Argel –donde permanecerá hasta el martes –, para reforzar la relación energética y revisar el acuerdo de asociación estratégica que los une desde el año 2013. “Esta visita se enmarca en los esfuerzos en curso de la Comisión Europea para diversificar el suministro de energía de la UE, más allá de los combustibles fósiles rusos, y para fortalecer las relaciones energéticas con socios fiables”, recogía, en un comunicado de prensa, el Ejecutivo comunitario.
Unos esfuerzos que coinciden con la cuarta reunión anual de alto nivel del Diálogo Energético entre Argelia y la Unión, copresidida por la comisaria europea y por el ministro argelino de Energía, Mohamed Arkab, y donde se espera que se aborden cuestiones como el desarrollo de las inversiones para explorar y extraer hidrocarburos, las nuevas perspectivas de asociación en las industrias de gas e hidrógeno, y la cooperación en el campo de las energías renovables y de la eficiencia energética. Además, ambas partes pretenden examinar también “los avances obtenidos en el campo de la cooperación energética desde el lanzamiento de la asociación estratégica de la última reunión celebrada en noviembre de 2018”.

“Se trata de una reunión ministerial que establecerá las directrices para el desarrollo y la profundización de la asociación estratégica en el sector energético, que fue sellada en el año 2013 tras la firma de un memorando de entendimiento (MoU)”, sostenía la comisaria europea.
Además, la cuarta reunión de Diálogo Energético Argelia-UE –que ha seguido a la visita de Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, el pasado mes de septiembre– tiene lugar tan solo un día antes de la inauguración del segundo Foro Empresarial sobre energía entre los Veintisiete y el país norteafricano. Un encuentro que congregará a empresarios y comerciantes las dos costas mediterráneas –principalmente a operadores argelinos y compañías europeas –, y que se celebrará por primera vez desde el año 2016, entre los días 11 y 12 de este mes de octubre. “El Foro será una oportunidad para que las empresas europeas conozcan las políticas energéticas de Argelia y se reúnan con potenciales socios locales”, afirmaban fuentes europeas citadas por el medio La Sentille.

Y es que, frente a la actual crisis energética, los Veintisiete aspiran ahora a crear una plataforma conjunta para la compra de gas natural. Una alianza que evite la competencia económica y el consecuente encarecimiento de los hidrocarburos, por lo que las negociaciones por abaratar los precios de la energía argelina serán clave para el resultado del encuentro.
Todo ello sucede mientras el país norteafricano, décimo productor de gas a nivel mundial e importante exportador a Europa, cierra nuevos contratos con sus principales compradores energéticos: Italia, en primer lugar; y España, en segundo. Y mientras la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, se reúne con su homólogo argelino, Aimene Benabderrahame, para abrir, de manera oficial, un foro empresarial franco-argelino que espera abrir una nueva etapa en las relaciones entre Argel y París para dejar atrás varios meses de tensiones diplomáticas.

En este contexto, y aunque las cuestiones energéticas no estaban previstas en la agenda de los mandatarios, la jefa de Gobierno francés aprovechó su intervención para subrayar el objetivo de “seguir avanzando” en el aumento de las capacidades de producción de gas.
En el caso de los acuerdos comerciales con España, y pese a que las dos decisiones energéticas adoptadas por Argel –en 2021 y 2022– hacen pensar que el país podría hacer uso del gas como arma geopolítica (el cierre del gasoducto Magreb-Europa, en 2021, y la reducción de suministro gasístico, en 2022, cuando el Ejecutivo de Sánchez anunció su respaldo al plan de autonomía del Sáhara propuesto por Marruecos), la compañía Sonathach y Naturgy firmaron la semana pasada, tras meses de negociaciones, una renovación de los acuerdos y una revisión al alza de los precios.